Honda y General Motors llevan tiempo alardeando de una alianza que todavía no había propiciado un proyecto significativo. En concreto, fue en 2013 cuando ambas compañías llegaron a un acuerdo para desarrollar pilas de combustible. Después de cuatro años de acercamientos, ambas compañías se han lanzado a dar el paso anunciando que construirá una fábrica en el estado de Michigan que se encargará de producir las pilas de combustible de sus próximos coches a hidrógeno.
Nace así la joint venture Fuel Cell System Manufacturing (FCSM). Estas serán las siglas que lucirán en la entrada y en la fachada de la nueva planta, que entrará en funcionamiento en 2020. Esta fecha vuelve a demostrar que a la pila de combustible de hidrógeno todavía le queda mucha evolución.
Estadounidenses y japoneses han decidido dar este paso ahora, eso sí, porque han visto una reducción de costes considerable, especialmente en lo que se refiere al precio de los metales utilizados en el desarrollo de las pilas de combustible.
No podemos olvidar los motivos intrínsecos de este nuevo capítulo con el hidrógeno. Y es que General Motors se va a beneficiar de los avances de Honda en este aspecto, que estrenó en 2016 la segunda generación del Honda FCX Clarity homologando 589 kilómetros de autonomía EPA. Honda, que gasta algo más de cautela que Toyota, ha decidido limitar su ambición a los mercados japoneses y californianos, dejando a Europa de lado. Como contrapartida para los nipones, Honda también se está iniciando en las motorizaciones enchufables, y podrían verse beneficiados de los avances de General Motors.
La nueva fábrica viene planificada para cambiar estas apariciones testimoniales de los coches a hidrógeno, tratando además de reducir nuevamente los costes de producción. Por cierto, se espera que la planta cree 100 puestos de trabajo.
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