Hidrógeno, dulce hidrógeno

Percival Zhang es uno de los nombres más relevantes para los que creemos en el combustible mágico, como denominamos al hidrógeno en su día. No hay más que echar un rápido vistazo a su perfil público de la red social Linkedin para comprender los anhelos de este investigador del Instituto Politécnico y Universidad Estatal de Virginia: la sustitución del petróleo por azúcar.

Su actual proyecto, llamado Sweet Hydrogen, cuya traducción literal es Hidrógeno Dulce, plantea como punto de inicio la producción de azúcares a partir de biomasa, para su posterior procesamiento en la obtención de hidrógeno, con el objetivo de apuntar hacia un cambio en el modelo energético actual.

Falta de imaginación científica

El investigador opina que hay muchos científicos que carecen de imaginación, y se pregunta por qué no aprovechar una fuente de energía tan abundante. Zhang no encuentra viabilidad a las actuales técnicas actuales de producción de hidrógeno, que ya os explicamos. El procesamiento de combustibles resulta contaminante, mientras que sacarlo del agua mediante electrólisis es demasiado caro.

Un coctel mágico

La nueva fórmula en la que trabaja actualmente prevé nutrirnos de hidrógeno a partir de residuos agrícolas. El proceso se basa en una combinación específica de enzimas que actúan sobre la xilosa o azúcar de la madera, un monosacárido común en la mayoría de vegetales, para liberar hidrógeno de una elevada pureza (otro requisito indispensable).

En este punto es donde se encuentra la clave del proyecto, y para encontrar ese calificado como coctel de enzimas los investigadores se han valido de la ayuda inestimable de ciertos extremófilos, microorganismos que, como su nombre indica, proliferan en condiciones extremas para la vida en el planeta, y que propician el germen del proceso que os contamos.

Se podría pensar que se trata de otro intento de producción energética alternativa que se quedará en el laboratorio. Sin embargo, el plan de los investigadores es trascender en el actual panorama energético, y de momento, la idea de coches alimentados por azúcar ha atraído al equipo de Zhang no sólo la inversión de varios centros de investigación en Estados Unidos, sino también de Shell.

El azúcar es tan dulce como estable

Dentro de los objetivos de su programa, Zhang contempla luchar contra el problema de la distribución del hidrógeno con una idea que resultaría revolucionaria de llevarse a la práctica. Las necesidades de transporte del hidrógeno requieren de una presión elevada para su almacenamiento y traslado, y además, es altamente inflamable.

Por eso, en un alarde de la imaginación que según él no tienen otros investigadores, piensa que el hidrógeno no ha de ser transportado. ¿Por qué arriesgarnos a esto tras el mencionado proceso si lo que podemos transportar es el azúcar?

La alternativa de Zhang es llevar la reacción al coche o a las hidrogeneras, mediante biorreactores que produzcan hidrógeno a partir de la combinación de enzimas que lleva su firma, y nutrir así la pila de combustible. Esta última fase de su proyecto de Hidrógeno Dulce se encuentra todavía en desarrollo, y el objetivo es ese, diseñar biorreactores para vehículos cuyo coste de integración sea mínimo.

Conclusiones

De este modo, este proceso del pozo cáñamo a la rueda resulta libre de emisiones, no supone tampoco un problema moral porque no entraña una modificación genética como ocurre en otros procesos (en todo caso, sólo se les podría acusar de esclavitud de los microorganismos utilizados en la combinación de enzimas), y tratándose de residuos agrícolas, la abundancia de estos azúcares y por tanto, su precio, son muy ventajosos.

Con mucha seguridad, de entre todos los fabricantes, Hyundai estará muy pendiente de esta línea de investigación. Precisamente, la compañía de origen coreano seguía anunciando su apuesta por el hidrógeno como combustible del futuro, aunque reconociendo sus actuales carencias.

Aunque al equipo de Zhang le queda todavía mucho camino por delante para perfeccionar sus planes, y las posibilidades de que prosperen pueden parecernos más que reducidas, no puedo evitar pensar en lo curioso que sería, después de todo, terminar alimentado el coche a base de terrones de azúcar.

Vía | The Guardian Más información | El laboratorio de Zhang En Motorpasión Futuro | La pila de hidrógeno podría bajar notablemente de precio gracias a un nuevo catalizador, ¿Ha avanzado "algo" el hidrógeno en estos años?

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