En Motorpasión Futuro os hemos hablado en más de una ocasión de las PM (particular matter), uno de los agentes contaminantes que, comparado con sus hermanos de tubo de escape, menos se tienen en cuenta a la hora de tratar de paliar los efectos nocivos para la salud de las emisiones en la automoción.
Afortunadamente, la tendencia se está invirtiendo y cada vez más países están desarrollando modos de cuantificar los niveles de PM10 y, sobre todo, de PM2,5, aquellas de 2,5 micras de diámetro que hasta hace poco habían pasado más desapercibidas, no por ser precisamente menos nocivas para la salud. Por su tamaño y mayor complejidad, burlan más fácilmente a los filtros y catalizadores actuales. De ahí que hoy queramos resaltar el logro conseguido en la Universidad de Standford (EEUU), donde unos investigadores han desarrollando un filtro anti-partículas pensando en las PM2,5.
El equipo de investigadores se enorgullece del rendimiento del filtro, que es capaz de marginar más del 99,5% de las PM2,5 que genera una motorización diésel actual. El milagro científico reside esta vez en una red fabricada de nanofibras de poliamida, capaz de impedir el paso a las partículas gracias en gran parte a las propiedades químicas del material utilizado en relación directa con la naturaleza de las partículas.
Un factor determinante para fijar la viabilidad del filtro anti-partículas es la resistencia térmica de sus materiales ante los comportamientos de las motorización. En este caso, lo científicos de Standford dicen que la eficiencia de su filtro se mantiene intacta en una horquilla de entre 25 y 370 grados centígrados.
Una buena noticia que desgraciadamente, creemos que está lejos de ser aplicada. Y es que, como decimos, hasta el momento las PM2,5 no existen en el panorama medioambiental de muchas autoridades, eso por no hablar de ciertos fabricantes para los que las emisiones no existen hasta que no se les fija un objetivo para reducirlas.
Vía | Green Car Congress
Imagen | Youtube
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