Si nos ceñimos a la industria de la automoción, primero fue Tesla; después Toyota con su tecnología de pila de combustible a hidrógeno; y ahora Ford también quiere seguir la misma estela de fraternidad y altruismo tecnológico e industrial liberando sus patentes relacionadas con su tecnología de coche eléctrico. La única y muy importante reserva al respecto es que va a ponerles precio, algo que añade cierta dosis de ironía en sus intenciones.
Bien es cierto que "nadie regala nada", y menos en un área tan competitiva como esta. La estrategia de liberación de patentes, dicen los expertos de los fabricantes, ayuda al fin y al cabo a que se utilicen los mismos estándares. En ese sentido, que Ford ponga precio a sus tecnologías quizá no sea lo más acertado. Desde el fabricante hablan de que las cantidades dependerán, y que irán desde los cientos a los miles de dólares.
La idea es fomentar un desarrollo más acelerado del coche eléctrico. El director en cuestión de movilidad eléctrica de Ford, Kevin Layden, va un poco más allá y habla de que eventualmente esta liberación venta de patentes va ayudarles a además a mejorar sus desarrollos.
Desde el fabricante aseguran que serán más de 650 patentes, como los sistemas para ampliar la vida útil de la batería o su tecnología que optimiza los sistemas de frenada regenerativa. A estas que hay que añadir otras 1.000 que están pendientes de ser aplicadas a su flota de híbridos e híbridos enchufables.
En 2014, por ejemplo, las patentes para coche eléctrico, algo más de 400 en número, supusieron más de un quinto de las registradas por la compañía. En ese aspecto, Ford también ha desvelado algo sobre cuánto piensa invertir en movilidad eléctrica e investigación en este campo, teniendo en cuenta que piensan contratar 200 nuevos ingenieros.
Vía | Automotive News Europe
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