Conducir un coche eléctrico puede resultar muy agradable, al menos siempre que uno valore el silencio y la suavidad por encima del sonido. Sí, porque no olvidemos que un coche eléctrico apenas genera sonido de motor, y todo lo más este es un leve silbido o zumbido a medida que se acelera, y hay quien echa de menos el brumbrum de toda la vida. Es cuestión de gustos y habrá quien prefiera una cosa u otra.
Pero lo que uno no siempre se espera al conducir un coche eléctrico es que también puede resultar un tanto deportivo (si obviamos el sonido), y me refiero a la respuesta, agilidad y comportamiento dinámico. Es cierto que Tesla lo demostró hace unos años con el Tesla Roadster, pero ahí resultaba bastante evidente pues se trataba de un descapotable de dos plazas con 288 CV basado en un Lotus Elise (y digo basado en, que no es lo mismo que igual), y su precio superaba los cien mil euros.
Ford Focus eléctrico: al volante
He tenido ocasión de conducir brevemente el Ford Focus eléctrico en dos ocasiones: la primera en Aquisgrán, por ciudad, y la segunda en Dearborn, en el circuito de pruebas de Ford junto a su centro de investigación, en Míchigan (EE.UU.). Y todo lo que puedo decir, como síntesis de este modelo, es que me dejó muy buen sabor de boca.
Lo cierto es que cuanto más conduzco coches eléctricos más me gustan, eso sí, no olvidando los todavía varios inconvenientes que siguen teniendo (porque hay que dejar claro que una cosa es hablar de los aspectos buenos que nos ofrecen, y otra idealizarlos y pensar que son perfectos).
Lo primero que hay que decir del Ford Focus eléctrico es que es un coche convencional que se adaptó para ser eléctrico, en la línea del Mitsubishi i-MiEV, del Renault Fluence Z.E. o del Fiat 500e, pero no como un Nissan LEAF que se creó específicamente como coche 100% eléctrico, desde el primer momento y en exclusiva.
Esto puede suponer una ventaja para ciertos conductores que suelen criticar a bastantes coches eléctricos por diseño un poco extraño y diferente que los hace menos atractivos (de todos modos es algo que poco a poco parece estar cambiando).
Las diferencias estéticas entre un Focus eléctrico y un Focus convencional con motor de combustión se encuentran en detalles como la diferente parrilla delantera y paragolpes, y poco más. Mide 4,39 m de largo, tres centímetros más que el convencional, por una cuestión de paragolpes. Una curiosidad exterior: el anillo traslúcido alrededor de la tapa del conector de carga en la aleta delantera izquierda se ilumina en azul cuando está enchufado, pero además al abrir el coche se divide en cuatro cuadrantes que indican de manera aproximada el nivel de carga de las baterías (en cuartos).
Interiormente también estamos hablando del mismo coche, de nuevo con pequeños detalles diferenciadores, como por ejemplo la tapicería, que es de tejido Repreve hecho con material 100% reciclado. En cuanto a chasis y tren de rodaje también nos encontramos con la solución de tren delantero McPherson y tren trasero multibrazo totalmente independiente.
Una ventaja del eléctrico es que la masa de las baterías, que siempre se intenta colocar lo más abajo posible, rebaja algo el centro de gravedad. Comparado con un Focus de gasolina el Ford Focus eléctrico pesa 314 kg más.
El Ford Focus es un coche compacto de segmento C con muy buenas cualidades, está notablemente bien acabado y tiene un comportamiento dinámico francamente bueno, así que a priori el Focus eléctrico parte de una situación favorable para ser un buen coche.
¿Pero cuántos caballos tiene?
Gracias a la forma de entregar la potencia y el par de un motor eléctrico, de manera lineal, sin cambios de marcha y entregando el 100% del par motor desde cero revoluciones, en velocidades bajas y medias la aceleración es muy buena y uno siempre tiene la sensación de que el coche corre más que uno de combustión interna de la misma potencia.
Esto se nota sobre todo en ciudad y al salir desde parado: con un buen coche eléctrico puedes sentirte el rey de los semáforos, stops y rotondas pues se alcanzan los 50 km/h sin darte cuenta. Y esto es lo que más debo destacar del Ford Focus eléctrico, la respuesta de su motor.
Ford no se ha limitado a colocar un motor con prestaciones "suficientes" (con solo 100 CV ya iría bien). A día de hoy los coches eléctricos no son baratos y hay quien opina que es mejor dar un pequeño aliciente a sus compradores, en este caso la agilidad y alegría del coche. El Ford Focus eléctrico tiene casi 146 CV de potencia (107 kW) y casi 250 Nm de par.
Así que cuando uno sale y acelera tiene la sensación de que el motor empuja mucho, porque la cifra de par es buena, y sobre todo por la inmediatez en la entrega. E incluso si uno no tiene cuidado puede comprobar como las ruedas motrices, las delanteras, derrapan con cierta facilidad si uno pisa sin contemplaciones el acelerador (tanto más acusado si el pavimento está un poco deslizante).
Y si sigues acelerando, en un suspiro ya estás en 50 km/h. Y como es muy silencioso y suave, y no hay sacudidas ni tirones debidos a un cambio, pues más sensación aún de que el coche acelera muy rápido. Aquí es donde un coche eléctrico juega la baza de aportar un toque deportivo en su conducción, pero sin dejar de ser muy cómodo y refinado.
El otro es el comportamiento, el Focus eléctrico tiene una suspensión muy equilibrada y transmite una sensación de estabilidad, aplomo, seguridad y confianza que te permite pasar por una curva más rápido de lo que lo harías con un coche "normal". Además el tacto de la dirección acompaña.
Para ayudar a conducir de manera más eficiente y maximizar la autonomía el sistema de navegación GPS incluye una opción de eco-ruta, para planificar el trayecto hasta el destino no por el camino más corto o más rápido, sino por el camino que implique menor consumo.
Y en el cuadro de instrumentos las pantallas LCD de información nos muestran dos cosas: por una parte están las mariposas, cuanto más eficiente sea nuestra forma de conducir más mariposas conseguiremos, por otra parte está el brake coach, un gráfico que nos muestra cuánta cantidad de energía estamos recuperando con la frenada regenerativa.
Maletero más pequeño
Pero no todo es perfecto, el elevado precio es la primera pega en un coche eléctrico (el precio recomendado sin descuentos, y sin ayudas, es de 39.200 dólares, unos 29.400 euros al cambio), ya lo hemos hablado en más ocasiones, pero ahora mismo es lo que hay, ya que la tecnología aún es costosa.
En el Focus eléctrico se compensa por su cualidades y tacto y con un nivel de equipamiento alto, con elementos como el climatizador bizona, asientos calefactables, el control de velocidad, el sistema Sync con MyFord Touch, llantas de aleación de 17 pulgadas, o faros de xenón y pilotos LED de serie (la tapicería de cuero es opcional).
La autonomía es la segunda pega, pues la verdad es que vas tan a gusto conduciendo uno, que los aproximadamente 160 km de autonomía en ciclo de homologación europeo, o bien 122 km (76 millas) según homologación EPA (EE.UU.), se te pueden quedar cortos.
En general para ciudad y desplazamientos periurbanos es suficiente, sobre todo si hay puntos de recarga de acceso público a mano. El Focus eléctrico admite recarga a 6,6 kW, así que en unas cuatro horas se pueden recargar las baterías, pero no admite recarga rápida (la de media hora).
La tercera pega es que el Focus eléctrico tiene menos maletero que un Focus convencional, debido a que parte de las baterías van colocadas ahí. Los 23 kWh de las baterías de iones de litio refrigeradas por líquido van dispuetas en dos paquetes, uno debajo de los asientos traseros y el otro detrás de los respaldos de los asientos traseros, quitando una parte importante del maletero.
Esto mismo sucede con muchos modelos híbridos, y también le pasa a coches eléctricos como el Renault Fluence Z.E. Lo ideal es que todas las baterías vayan debajo del piso del habitáculo y asientos sin restar maletero.
Con todo, el Ford Focus eléctrico es un coche muy agradable y satisfactorio de conducir, y sinceramente uno se lo llevaría a casa para usarlo a diario (si tuviera dinero para pagarlo, claro).
Movilidad eléctrica y energías renovables
Poco a poco los fabricantes de automóviles empiezan a comprender que cada vez va a haber más población en el planeta , cada vez habrá más automóviles, cada vez se demandará más energía, y cada vez se generarán más emisiones, algo que de seguir como siempre será insostenible.
Ford está bastante decidido a apostar por sus varios modelos enchufables, ya sea el Ford Focus eléctrico o el Ford Mondeo y el C-Max híbridos enchufables, como opción para el consumidor para reducir el consumo de energía, las emisiones de CO₂, la contaminación local en las grandes ciudades y la dependencia del petróleo.
En los Estados Unidos, salvo en las grandes ciudades con transporte público, se utiliza muchísimo el coche particular para casi todo, por lo que una parte muy importante del consumo de energía de una familia es debida al automóvil. Como en general la mayoría de la población reside en casas unifamiliares, Ford en colaboración con Sunpower propone la instalación de paneles solares en las casas con un coste asumible no superior a los 10.000 dólares. Quien se compre un modelo eléctrico de Ford podrá comprar también la instalación solar.
La electricidad generada por estos paneles solares fotovoltaicos sirve para compensar el consumo de un coche eléctrico debido al kilometraje medio típico de un coche, como opción para hacer un poco más sostenible el uso del automóvil. Veremos cómo progresa esto. Por ahora suena bien, pero entre otras cuestiones habrá que ver si hay suficiente dinero para que la gente se pueda adaptar.
Los gastos del viaje para visitar el complejo de Ford en Dearborn (EE.UU.) han sido asumidos por la marca. Para más información consulta nuestra guía de relaciones con empresas.
En Motorpasión Futuro | Ford Mondeo Híbrido: toma de contacto en Dearborn