Que Ford se encontraba trabajando para aumentar la eficiencia de sus modelos gracias a la utilización de la fibra de carbono ya lo sabíamos al menos, en cuanto a declaración de intenciones. Esto es lo que se anunciaba hace casi tres años cuando el fabricante estadounidense y la compañía Dow Automotive se unían con tal propósito.
Ese mismo año, la propia Dow encontraba un socio en Turquía en esta área y así nacía DowAksa. Ahora, el binomio se convierte en algo más oficial, pues la alianza se ha incorporado activamente al Instituto para la Innovación y Producción de Composites Avanzados; y por otra parte, ya comenzamos a ver alguno de los resultados de los trabajos de Ford, por ejemplo, con el Ford GT 2016 que os desvelábamos el mesa pasado en Motorpasión.
Poco cambia en los objetivos que se planteaban en 2012, y que gobiernan este ámbito de la industria. La idea es abaratar el proceso de producción para incorporar la fibra de carbono sin que el precio final de los vehículos se vea afectado.
Cuidado que Ford ha dejado bien claro que sus investigaciones se detienen ahí. Queremos decir que, de momento, no conviene hacerse ilusiones con las posibles aplicaciones que Ford de a la fibra de carbono a sus motorizaciones eléctricas que estén por llegar, como ya hizo BMW. Y es que Ford en su apuesta señala que aplicarán la fibra de carbono para reducir masa, mejorar eficiencia y consumo, y no sacrificar rendimiento.
En cualquier caso, como ya os hemos contado en otras ocasiones la fibra de carbono es un material que atrae múltiples beneficios para los fabricantes. Por ejemplo, en cuanto a la facilidad de incorporación a los procesos productivos. En Ford calculan que, en comparación con el acero, podrían llegar a ahorrar un 50% de peso en los componentes del vehículo.
En Motorpasión Futuro | BMW y SGL triplicarán su producción de fibra de carbono en 2015, El proveedor de BMW apunta que la fibra de carbono será un 70% más barata de producir