Para alimentar un coche eléctrico es necesario producir electricidad, y ese proceso puede ser contaminante, así que tan limpio no es.
Esa es una crítica que se suele hacer al vehículo eléctrico. Pero, ¿y si se abasteciera con energía sobrante? En esto andan los responsables de Ferrolineras 3.0, un proyecto que aglutina, entre otras instituciones, las universidades de Málaga y Sevilla en un consorcio liderado por ADIF con el que se quiere aprovechar la energía de los frenos regenerativos de trenes y metros.
Cuando un convoy pierde velocidad, devuelve energía a la catenaria que, si no se aprovecha, se quema con la ayuda de unas resistencias. La idea es usar ese excedente mediante unos sistemas de recarga rápida basados en supercondensadores y baterías, de manera que en unos 20 minutos pueda recargarse un coche eléctrico aparcado en un poste de recarga de la estación de cercanías o de metro. También se dota a las instalaciones de un sistema fotovoltaico para tener un aporte extra de energía.
El proyecto de las ferrolineras es pionero y fue presentado en sociedad en septiembre de 2010. Ahora ya está a punto para que comiencen las pruebas más allá de la experiencia piloto desarrollada en la estación malagueña de María Zambrano. Las ferrolineras se ubicarán en el Laboratorio de Energía de ADIF y en las instalaciones del metro ligero que se está construyendo en Málaga.
Vía | El Correo de Andalucía
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