Esa es la pregunta que me ha asaltado después de ver el último capítulo de esta temporada, donde James May realizaba una reflexión en alto que no pasaría de eso si no fuese por los antecedentes del programa, un espacio autodeclarado antieléctricos.
La cuestión aparece cuando en la sección de noticias James muestra una imagen del Renault Fluence ZE, con el que hace un pequeño juego de letras, y se pregunta que sucederá en nuestras ciudades cuando esté llena de estos coches enchufados por las calles “¿Acaso los niños de 10 años no andarán desenchufando los coches de los puntos de recarga?“
Hasta aquí no habría ningún problema, no sería noticia ya que es una pregunta que todos nos hemos hecho alguna vez, pero el problema es cuando el otro presentador, Jeremy Clarkson “un declarado ecologista y amante del Toyota Prius” comenta “¿Pero hay que tener 10 años? ¿no puede hacer eso, no se, una persona de 52?“
Como siempre, cumpliendo con su papel de bueno de la película y como réplica al inexplicable duo May-Clarkson, aparece la figura de Richar Hammond diciendo “Yo no lo haría, ¿por que tendría que hacer eso?“
Por supuesto, cada uno tendrá su propia interpretación, pero desde mi punto de vista personal, se trata de otro atropello desde un canal público pagado con los impuestos de los británicos, a una industria que está volviendo a poner a Inglaterra en el mundo de la fabricación de automóviles, después de la desmantelación de los 80 y los 90, y que no puede permitirse este tipo de comportamientos, como digo desde un canal público.
Que conste que me encanta Top Gear, es divertido, ácido y crítico con la industria independientemente de donde sea fabricado el vehículo, pero como una plataforma pública, no debería permitirse esa actitud gamberra, incitando no solamente a despreciar a una tecnología, si no que incluso insinuan su sabotaje, no sabemos aún bien por que razones.
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