Hace algo más de un año os hablábamos de ELF (Electric, Light and Fun), un curioso triciclo cuyos creadores, Organic Transit, conseguían la financiación necesaria para hacer su sueño realidad y llevar el vehículo a producción. Este año el proyecto no sólo se ha concretado, sino que ya surca las calles de muchas ciudades de Estados Unidos.
Los pedales y el motor eléctrico de ELF se combinan para dar con varios modos de conducción que no sólo se alimentan a través de la recarga convencional, sino también gracias a sus paneles solares. Vamos a analizar qué podemos encontrar por los 5.495 dólares (4.100 euros) que cuesta su versión más básica.
Vamos a introducirnos en el triciclo ovoidal a través de su motorización. Posee un motor eléctrico de 600 W NuVinci N360 con un cambio de tres marchas SRAM integrado. Este le posibilita una velocidad máxima de 32 km/h. Esto sería así haciendo uso exclusivamente de su motor, pero a este aporte energético se le puede sumar el de nuestras piernas, haciendo posible un pico de velocidad de 48 km/h a través de la asistencia.
Igualmente, ELF puede funcionar igualmente a través y únicamente del esfuerzo de nuestro pedaleo, si es que deseamos un uso más deportivo (deportivo por el ejercicio físico, claro está).
El motor eléctrico viene surtido por una batería de litio NMC (níquel-cobalto-manganeso) de 11.25 Ah y 48 V fabricada por Samsung. Esta proporciona una autonomía eléctrica aproximada de 24 kilómetros para una vida útil superior a los 2.000 ciclos de recarga. La carga de la misma se realiza mediante toma convencional en unas dos horas y media o a través del wall box que viene incluido en la compra del vehículo. El fabricante ofrece del mismo modo una opción de batería con más autonomía.
Otro modo de recarga, que hacen que ELF resalte por encima de otros vehículos eléctricos, es el que le proporcionan sus paneles solares capaces de generar 100 W y que le permiten un gancho más a la hora de venderse como vehículo extremadamente verde.
Un huevo orgánico
El material protagonista que conforma el diseño en forma de huevo que da sentido a su identidad es la fibra de carbono, combinada en los elementos del vehículos con el llamado Trylon procedente del mundo de la fabricación de kayaks y que ofrece la posibilidad de reciclado, junto a la resina acrílica Solarkote.
La masa final del vehículo alcanza los 68 kilogramos, y su capacidad máxima de carga es de 160 kilogramos. Algo que quizá sea una de sus principales desventajas, pues no podremos pasarnos a la hora de aprovechar su carga. Para el almacenaje ELF ofrece un maletero con 67 litros de capacidad.
En cuanto a sus neumáticos, no se puede decir que vayan mucho más allá que los de una bicicleta, e implica llevar consigo los recambios oportunos en caso de pinchazo. Se ofrecen en todas las modalidades las 26 pulgadas con diferentes grosores (1,9 / 2,3 / 2,5 / 3). Esto se completa con un sistema de suspensión propio y los frenos de disco Avid BB7, que activan con su funcionamiento la luz LED trasera.
Precisamente, de cara a posibilitar el tránsito del vehículo en situaciones de tráfico convencionales y no acabar como un huevo estampado se ha dotado a ELF, aparte de luces LED frontales y trasera, de luces intermitentes y de un sistema de espejos convencional. Puede que se antojen algo insuficientes para situaciones como las que se viven en Ruзуa.
El mando de este triciclo es un manillar que no ofrece datos relativos a la conducción. Eso sí, para paliar esta desventaja se ha desarrollado una aplicación móvil específica para que nuestro smartphone, acoplado sobre el manillar, nos informe de velocidad o nos ofrezca asistencia en la navegación a través de GPS.
Una solución de movilidad intermedia, barata y ecológica
Parece que en cuanto a difusión a ELF y a Organic Transit no le está yendo del todo mal. La baza de la apuesta medioambiental urbana viene potenciada además por sus ventajas económicas. Lógicamente, jamás podremos comparar al triciclo en sensaciones con las de un urbano, pero del mismo modo, su ahorro económico es considerable, no sólo en cuestión de combustible, sino porque no paga seguro y no es necesario carné para conducirlo.
Se trata pues de una solución intermedia para ciudad que ha tenido una repercusión importante en los principales medios de comunicación en Estados Unidos y que gracias en parte a eso, su presencia está comenzado a ser más que testimonial allí. Por cierto, de momento, también canadienses y finladeses pueden hacerse con uno, pues así lo oferta el fabricante.
Más información | Organic Transit
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