El año pasado las ayudas a la movilidad alternativa se integraban en un sola y única carpeta que llevaba el título de Plan MOVEA. El gobierno se regocijaba por haber aumentado la financiación de dicho plan hasta los 16,6 millones de euros, cuando en realidad, el incremento era inexistente, pues tan solo era la suma de las partidas de los anteriores planes MOVELE y PIMA.
Bien se puede decir que eso ya es historia, como las esperanzas de que el presupuesto para la molividad alternativa vaya a crecer en 2017. Se mantendrá igual y volverán a ser 16,6 millones de euros los que se repartirán conductores, motoristas, ciclistas y empresas.
Lo cierto es que al anterior Movea no le han faltado las críticas. Aunque las ventas de vehículos eléctricos han aumentado en nuestro país, la sensación para quienes creen que las motorizaciones alternativas requieren de ayudas eficaces es que el MOVEA llegó plagado de defectos.
No solo por el hecho de que disminuía la ayuda máxima a la compra del vehículo a 5.500 euros (se mantuvo en 6.500 euros si se adquiría un punto de recarga doméstico). Las ayudas en España para los eléctricos no sobrevivían a la primavera, tras unos cinco meses, y en mayo el Ministerio de Industria tenía que reconfigurar el plan, reubicando los fondos no agotados que se iban a destinar a infraestructura o compra de autobuses o bicicletas.
Este itinerario ha dejado un panorama muy irregular para la demanda de vehículos alternativos, y especialmente, para los coches eléctricos. Además, el acceso a las ayudas no ha sido precisamente sencillo desde el punto de vista de la formalización de la petición.
Muchas fuentes de la industria reclaman por su parte un plan estatal al estilo alemán, que por cierto está fomentando de forma extraordinaria la introducción de los modelos enchufables por primera vez en ese país. Y ya no solo por tratarse de un presupuesto mastodóntico, sino porque se ha lanzado para un periodo de varios años, tratando de dar continuidad a los apoyos.
Y es que para el MOVEA que está por llegar, se habla de pocas modificaciones. La más significativa llegará para las flotas de empresas, que verán mermado la ayuda por vehículo para poder cumplir con las normas comunitarias.
Vía | El Periódico
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