Al igual que los fabricantes que están apostando por la movilidad eléctrica preparan proyectos ambiciosos con modelos de autonomía superior a la actual (algunos ya están a la vuelta de la esquina), la tecnología de recarga evoluciona en paralelo a la próxima capacidad energética de los eléctricos que el futuro inmediato nos depara.
El reto es reducir, o al menos seguir manteniendo, los mismos tiempos de carga para las próximas baterías, capaces de almacenar más energía. En ese aspecto, la pugna entre estándares se estrecha, fruto de los apoyos que reciben desde sus orígenes. Si el nuevo CCS Combo contempla un plan para posibilitar la carga a 150 kW de potencia, hoy hemos conocido que CHAdeMO hará lo propio en 2017.
En la actualidad, la tecnología del estándar nipón le permitía alcanzar los 100 kW, aunque bien es cierto que existen pocas estaciones de recarga en el mundo con esa potencia bajo este estándar en cuestión.
Eso no quiere decir que en los próximos años no comencemos a notar, poco a poco, la actualización de la potencia de los estándares de carga. Como bien han apuntando en la asamblea anual de CHAdeMO, se adaptarán en función de la demanda que contemplen. De hecho, dicen ser capaces de habilitar hasta 350 kW si fuera necesario en 2018.
Han anunciado además que el conector se mantendrá intacto, permitiendo la recarga tanto a los próximos eléctricos como a los actuales. Eso sí, para estos últimos, la potencia de carga se mantendrá en los límites marcados, en torno a los 50 kW.
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