Supongo que a los antiguos egipcios les hubiera gustado tener cualquier coche, fuera eléctrico o no, pero para ellos esa tecnología estaba todavía a muchos años de distancia, pues ni siquiera conocían la rueda. Pero si a alguno de ellos se le hubiera dado por pensar en un coche seguro que lo hubiera imaginado con forma de pirámide, al menos así si tenía un accidente ya iba en su propio templo funerario.
Lo extraño es que esa idea faraónica se le haya ocurrido en nuestros días a un inventor de Illinois llamado Greg Zanis y que haya invertido unos 50.000 euros en semejante idea, tan solo para divertirse con sus dos hijos pequeños mientras lo montaba.
El coche así construido y al que han llamado Dream Car 123, por eso de ser el coche de sus sueños, puede alcanzar los 70 km/h de velocidad máxima impulsado por su motor eléctrico de 12 CV de potencia. Para alimentar al motor en su interior se han dispuesto 80 baterías de plomo que le proporcionan al conjunto una autonomía de más de 65 km, a pesar del enorme peso del coche, 3.600 kg.
Para su comodidad en el interior dispone de calefacción y de un buen equipo de música, mientras que en la parte exterior el coche está dotado con todas las luces e indicadores de dirección que son necesarias para poder circular legalmente por las carreteras. En cuestiones de seguridad el Dream Car 123 está equipado con bolsas de aire todo a su alrededor y otra más a la altura de la cara. Los cristales son blindados a prueba de balas y resistentes a impactos para transmitir más seguridad.
La “única” pega del Dream Car 123 es que es de una sola plaza, además de no ser aerodinámico, increíblemente pesado, de dudoso gusto, etc., lo bueno de este coche es que alguien ha sido capaz de llevar a la práctica su idea y seguro que está orgulloso de ello.
Vía | Autoweek
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