El aluminio reduce el coste de los coches eléctricos

Volkswagen Golf, el coche elegido para el estudio

El mes pasado en los especiales de tecnología del transporte os hablaba sobre los materiales ligeros, de cómo podían ayudar a la eficiencia de los coches reduciendo el peso y de esa manera la energía necesaria para mover el coche.

Pero unos investigadores del Forschungsgesellschaft Kraftfahrwesen mbH de Aachen (Alemania) han determinado un hecho curioso, un coche eléctrico en aluminio no sólo sería más ligero, sino también más barato de producir. Esta afirmación se basa en un minucioso estudio realizado sobre una conversión a eléctrico de un Volkswagen Golf, el cual fue rediseñado en aluminio.

Primero se tomó la base del Golf y se adaptó a electricidad, sin modificar su estructura interna, para ir poco a poco sustituyendo las partes estructurales realizadas en acero por aluminio, manteniendo el aspecto exterior pero, sobretodo, igualando los resultados de impacto en los tests EURONCAP que el modelo base tenía.

Piezas sustituidas por aluminio: azul = planchas; verde = extrusiones; rojo = moldeo

De esta manera, un coche eléctrico fabricado en aluminio puede ser hasta 162 kg más ligero que uno realizado en acero (no hay mucha sorpresa en este apartado la verdad). Pero aquí no acaban las ventajas del aluminio como material estructural, al ser más ligero se necesitan 3,3 kWh menos de energía para obtener la misma autonomía, fijada en 200 km, reduciendo el peso del vehículo en unos 25 kg adicionales.

Y aquí es donde comienzan a venir las ventajas económicas, ya que las baterías siguen siendo el factor principal del coste de los coches eléctricos y cualquier reducción de las mismas, por mínima que sea, influirá decisivamente en el coste de los coches eléctricos.

En total, entre la reducción en material y la de batería, el precio de un coche eléctrico podría reducirse en 1.650 euros simplemente por fabricarse en aluminio su estructura en vez de en acero. Y todo eso teniendo en cuenta que los procesos de producción en aluminio son más caros que con acero.

Siguiendo con las ventajas del uso del aluminio, en el ciclo de vida del producto (estimado en 150.000 kilómetros), desde su fabricación a reciclaje, un coche eléctrico de aluminio supondría la emisión de 1,5 toneladas menos de CO₂ que un coche de acero, obteniéndose una reducción en la huella de carbono desde que el vehículo realiza 47.000 kilómetros.

Con estos datos en la mano los fabricantes ya no pueden alegar razones económicas para no fabricar sus coches en materiales más ligeros, al menos en el caso de los eléctricos.

Vía | Green Car Congress
En Motorpasión Futuro | Tecnología del transporte: materiales ligeros (I), los materiales metálicos, Audi MSF, una tecnología que aligera los vehículos aleando metal y plástico

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