Chevrolet ha dado el paso y se ha decidido a llevar su motor diésel, el 2.0 VDCi, a Estados Unidos. La jugada es arriesgada porque en América nunca han sido amigos de los coches impulsados por gasóleo. Pero parece que hay buenas expectativas porque otros fabricantes europeos como VAG, BMW e incluso Mazda están vendiendo sus clean diésel en EE.UU. con bastante éxito.
Eso si, Chevrolet no llevará la mecánica que vende aquí tal cual sino que ha reunido a un grupo de ingenieros de la marca para mejorar y pulir este propulsor con el fin de bajar las emisiones contaminantes de NOx y partículas que emite. El resultado es un motor sustancialmente más limpio que el que venden en Europa.
Todo esto lo hacen porque en América tienen una de las normativas anti contaminación más severas del mundo y allí no te dejan vender cualquier cosa que envenene el aire. En Europa no se esmeran en ofrecer un motor más limpio simplemente porque no interesa.
El modelo que recibirá este nuevo motor es el Chevrolet Cruze. Es curioso saber que será el primer turismo diésel que vende GM en EE.UU. desde el Chevrolet Chevette en 1986. Se ve que después del Chevette no se quedaron con ganas de repetir.
Para bajar las emisiones contaminantes del motor, los ingenieros han utilizado un nuevo colector de admisión, un sistema de recirculación de gases (EGR) mejorado y de mayor capacidad, le han tocado el sistema de inyección Common Rail. Pero lo más importante es que lleva un depósito de urea. Esta sustancia se inyecta en los gases de escape para conseguir lo que se conoce como reducción catalítica selectiva o SCR.
Se han tomado muy en serio el tema del frío (tradicional enemigo de estos motores). Le han equipado al motor unos nuevos calentadores cerámicos para conseguir que alcance su temperatura óptima de funcionamiento mucho antes. Incluso también tiene un calentador del aceite del motor que se puede activar para arrancar el coche en condiciones de congelación.
¿Por qué no venden este motor mejorado también en Europa? Razones hay varias. Una sería el coste. Los nuevos sistemas anti contaminación seguramente engrosen el precio de fabricar este motor. Otra razón es la pérdida de potencia y las prestaciones. La versión europea ofrece unos notables 163 CV de potencia mientras que la americana sólo llega a 148 CV.
Los fabricante siempre intentarán vender el motor que más le guste a sus clientes, no el más limpio o el más ecológico. A fin de cuentas son un negocio y su deber es hacer dinero. No se les puede criticar por ello. A quien sí podemos mirar mal es a Europa y a su lenta actuación con estos temas.
Las normas Euro de contaminación han llegado tarde y además son muy light. Aquí no hemos querido enfrentarnos al problema del diésel como si han hecho en Japón y Estados Unidos y ahora estamos pagando las consecuencias. Afortunadamente parece que vamos entrando en razón. Mejor tarde que nunca.
Vía | Motorpasión, Autoblog Green En Motorpasión Futuro | El humo de los motores diésel ha sido catalogado como carcinógeno, Las partículas de los motores diésel generan más efecto invernadero del esperado