Conduciendo un coche a GLP en España (parte 1)

Para que quede bien clarito: me muevo con un combustible que no es gasolina ni gasóleo

Probar en España un coche con un combustible alternativo como el Fiat Punto 1.4 Easypower, que utiliza GLP, también llamado autogás, (de la prueba en sí os hablaré en unos días), le provoca a uno la sensación de que en algún momento se va a quedar sin autonomía. Lo digo por supuesto por un coche eléctrico, y lo digo también por un coche que emplee un combustible diferente a la gasolina y al gasóleo, aunque como es lógico no es exactamente el mismo “miedo”.

En el caso del eléctrico uno teme por quedarse sin autonomía, y por tanto que el coche se detenga incapaz de moverse ni un metro más sin poder llegar al destino, mientras que en el caso de un coche con un combustible alternativo, el “miedo” es a tener que gastar mucho más dinero, al agotar el combustible “barato” y tener que gastar del “caro”.

Lógicamente el problema es bastante menor en el segundo caso. Como todos los coches que pueden funcionar con un combustible alternativo, sea GLP, GNC, bioetanol o biodiésel, son bifuel y disponen o bien de dos depósitos, caso de los vehículos a gas, o bien de uno solo que se puede repostar con el combustible disponible, pueden seguir funcionando con el combustible tradicional.

Localización de Gasolineras con GLP en España

Buscando gasolineras con GLP

Así que lo primero que uno tiende a hacer instintivamente es localizar las gasolineras que tengan además GLP (gas licuado del petróleo o autogás). En la Comunidad de Madrid por ejemplo hay ya 17 estaciones de servicio con al menos un surtidor con dos boquereles de GLP operativos. He podido comprobar en persona que al menos van a ser 18 dentro de nada.

El problema del GLP es que dependiendo de dónde vivamos no vamos a tener una estación de servicio donde repostar siempre a mano, y habrá que planificar los repostajes de la que vamos o de la que venimos en nuestras rutas habituales. Se podría decir que la mayoría de las principales capitales de provincia españolas tienen al menos una estación de servicio con autogás.

Digo la mayoría porque no son todas, y desde luego quien esté interesado en tener un coche a GLP debería mirar bien antes si tiene una gasolinera cerca. En principio en España hay ya unas 120 estaciones de servicio con surtidores de GLP, siendo Madrid y Barcelona las ciudades con mayor número, sobre todo porque los taxistas vienen a ser de los que más usan este carburante alternativo.

En las Islas Canarias y en Ceuta y Melilla no me consta que haya por ahora gasolineras con GLP. Poco a poco son cada vez más las estaciones de servicio con autogás, pero si tenemos en cuenta que España tiene algo más de 10.300 gasolineras en total, 120 suponen aproximadamente solo un 1,2% del total.

¿Por qué usar GLP?

Esta es la pregunta del millón. No siendo siempre fácil repostar GLP, porque son todavía minoritarias las gasolineras que lo tienen, muchos conductores se preguntan por qué comprar un coche GLP y no seguir usando gasolina o gasóleo, que se encuentran en todas sin problemas. Pues la respuesta es doble: por una cuestión económica (la pongo la primera con toda la intención) y por una cuestión medioambiental.

Poderoso caballero es Don Dinero. Cuánta sabiduría encierran los refranes populares. Teniendo que ser realistas, y aunque sea un poco triste reconocerlo, más allá de motivaciones medioambientales, de contaminación y emisiones, o de diversificación energética, al común de los mortales (en general) lo que más nos motiva a hacer algo es el hecho de que nos obliguen, o el hecho de que nos cueste menos dinero.

Y este es el principal punto a favor del gas licuado del petróleo, cuesta aproximadamente la mitad que la gasolina o el gasóleo. A precios actuales, mientras la gasolina de 95 octanos viene a costar 1,46 euros/litro, y el gasóleo viene a costar 1,41 euros/litro, el GLP se mueve en los 0,73 euros/litro. Y esta es una diferencia por litro muy grande, aunque conviene explicarla.

Lo primero que hay que decir es que el autogás es considerablemente más barato por dos motivos: primero porque el precio del combustible antes de impuestos es menor y segundo porque su carga impositiva también es menor. Y en general es así en toda Europa, al menos hasta el año 2018.

La gasolina y el gasóleo se gravan con tres impuestos: el impuesto especial sobre los hidrocarburos (IEH), el impuesto sobre ventas minoristas de determinados hidrocarburos (IVMDH) y el IVA. El llamado “céntimo sanitario” que puede ser más o menos alto según la comunidad autónoma (o incluso no aplicarse), está incluido en ese impuesto sobre ventas minoristas.

En principio el GLP se grava con el 21% de IVA y un IEH muy muy bajo. A partir de 2018 es muy probable que se aumente el gravamen del impuesto especial, pues no deja de ser un hidrocarburo (por ende un combustible fósil), y aunque tiene ciertas ventajas medioambientales, tampoco es perfecto. Lo razonable es que tuviera una carga impositiva menor que el gasóleo, puesto que es un combustible más limpio que este.

Si tenemos en cuenta que el precio por litro de gas licuado del petróleo antes de impuestos es menor que el precio por litro del gasóleo, y que aún pudiendo subir sus impuestos en 2018, deberían ser menores que los de aquel, el precio por litro final de venta en la gasolinera debería ser considerablemente más bajo que el del gasóleo, aunque no tan ventajoso como el precio actual (habrá que esperar en todo a caso a 2018 para saberlo con seguridad).

Qué es el GLP

GLP, como ya sabéis, son las siglas de gas licuado del petróleo, es decir un combustible gaseoso que se puede quemar en presencia de oxígeno. Definido por norma internacional, el GLP, o autogás, es una mezcla de varios gases, pero cuya composición fundamental es gas propano y gas butano (con cantidades mucho menores de winter, oleofinas, pentano y etileno). Lo que sucede es que la proporción de estos dos puede variar ligeramente según el país.

La cuestión es que el contenido mínimo de propano debe de ser el 20% y el contenido máximo de butano debe de ser del 80%. En general en España empleamos un GLP donde el componente mayoritario es gas butano. Se puede almacenar a temperatura ambiente en estado líquido comprimido a presiones moderadas. Como líquido es incoloro y apenas huele (se añade olor a posta para identificar fugas).

Hay que tener presente que es un gas más denso que el aire, así que en caso de fuga se quedará pegado al suelo, muchas veces sin percatarnos de ello. Es por eso que es necesaria una buena ventilación del espacio donde se reposte este combustible para evitar riesgos. No hay que asustarse, en este país durante décadas las casas han empleado bombonas de butano sin demasiadas complicaciones.

El GLP se obtiene como su nombre indica, como subproducto secundario del refinado del petróleo, en el que se obtienen gasolinas y gasóleos. También se puede obtener GLP asociado a bolsas de gas natural. En general Europa es casi “autosuficiente” en materia de gas licuado del petróleo, pues al importar petróleo y refinarlo para obtener gasolina y gasóleo, también obtiene GLP.

Y como el consumo de GLP no es muy alto en Europa, suele poder cubrirse la demanda la mayor parte de las veces. Pongo lo de autosuficiente entre comillas porque Europa tiene poco petróleo y poco gas natural “propios” (en Noruega en el Mar del Norte y poco más), y la mayor parte debe ser comprada a países extranjeros.

En España este hecho es todavía tanto más acusado. Según datos de Cores [pdf] (Ministerio de Industria, Energía y Comercio) en el año 2011 España importó el 99,8% del petróleo y del gas natural que consumimos. Y eso significa que salió mucho dinero de España para pagar a otros países la energía que consumimos principalmente en automoción y en calefacciones. De hecho aún consumiéndose poco GLP, España también tiene que importar una parte importante porque no es totalmente autosuficiente.

Siendo así, no debería extrañarse nadie, ni poner el grito en el cielo, cuando algunas personas hablamos de ahorrar energía y sobre todo de consumir menos de aquello que no tenemos: ni más ni menos que petróleo y gas natural. Es por eso que defendemos los coches más eficientes, y tanto más aquellos que puedan moverse además sin depender de estas dos fuentes de energía (o al menos dependan lo menos posible).

Mañana os hablo de los cambios que un coche requiere para usar gas licuado del petróleo, qué sucede con el consumo y cuánto contamina.

Continuará…

ACTUALIZACIÓN: Ya está publicada la segunda parte de este artículo | Conduciendo un coche a GLP en España (parte 2).

También te puede gustar

Portada de Motorpasión

Ver todos los comentarios en https://www.motorpasion.com

VER 0 Comentario