La consultara estadounidense Cisco se ha acercado a las entrañas de la conexión dentro de los vehículos para ofrecer una ligera idea de los beneficios que reporta el sistema a la industria. Según el estudio, el cúmulo de datos por vehículo y año alcanza los 1.400 dólares, 1.049 euros al cambio actual.
Internet en el coche y la asociación a la red de aplicaciones, navegación, información y datos relativos al conductor, suponen un problema para algunos consumidores que ven en la aceptación de esta tecnología una puerta más a su privacidad. El informe, en cambio, asegura que el 47% de los conductores estaría dispuesto a compartir sus datos.
Todo parece ser un problema de reciprocidad. Si un conductor comparte la información de sus trayectos con una compañía de seguros y recibe una compensación en el precio a cambio, podría acabar replanteándose sus intenciones. El estudio, sin embargo, se centra en el siguiente reparto.
El conductor se ahorraría 550 dólares (412 euros) con ventajas como una mejora del consumo, menor tiempo en atascos y seguros a precio reducido. Aquí el gran protagonista es el uso de navegadores GPS unidos a la red, destinados a alcanzar objetivos en menos tiempo con el uso de información actualizada sobre los estados de las carreteras. Nada que no podamos hacer con un teléfono, por otro lado.
El informe Cisco continúa con los beneficios sociales. Aquí entran en juego 420 dólares (314 euros) relativos al uso de trenes de carretera. La conexión entre vehículos permitiría un tráfico más fluido, algo que ya se encargó de demostrar el proyecto SARTRE.
En el saco de los proveedores de servicios: servicios de navegación, de tráfico, emergencias, información de aparcamiento, caen 150 dólares (112 euros), y a esos habrá que sumarle los 300 dólares (224 euros) de garantías y creación de aplicaciones con publicidad que caerían en forma de beneficio para los fabricantes.
Aunque no es difícil afirmar que las cifras están cogidas bastante al vuelo en algunos casos, lo que no se puede negar es que la industria está viendo un filón en estos sistemas. Los principales problemas continúan siendo el pago de las cuotas de una nueva SIM, que podría ser mucho más simple utilizando nuestro teléfono como punto de conexión, y la inseguridad a la hora de enfrentarnos al robo de información.
Vía | Autoblog