PRIMOVE recargas en movimiento

Desde hace unos años hemos visto como diferentes fabricantes ha ido presentando sistemas que nos permiten recargar las baterías de los vehículos eléctricos sin la necesidad de utilizar un cable mediante sistemas de inducción, pero ahora, el fabricante alemán Bombardier ha presentado su propio desarrollo que lleva un paso más allá esta idea ya que aparte de poder recargar las baterías sin enchufes, nos proponen realizar esta operación simplemente pasando con nuestro eléctrico por un carril especialmente adaptado.

Básicamente se trata de una serie de bobinas instaladas bajo la carretera que transportan corriente alterna a alta frecuencia que crean un campo magnético que recarga las baterías de cualquier vehículo dotado del sistema, tanto cuando está parado como en circulación y que permitiría una movilidad sin emisiones casi ilimitada. El sistema solamente funciona cuando un segmento detecta la presencia de un vehículo dotado del PRIMOVE, volviendo a apagarlo cuando este abandona su área de influencia.

Otro de sus puntos positivos es que nos ahorra la instalación de los antiestéticos cables de alta tensión necesarios para mover tanto tranvías como autobuses eléctricos, y además su ubicación bajo el asfalto le aseguran una protección contra las inclemencias meteorológicas adversas. También es necesario destacar el capital punto de la eficiencia y a pesar de no alcanzar las cifras del cable, las recargas por inducción no paran de evolucionar y estas ya alcanzan un más que destacable 95%.

El PRIMOVE ya ha sido testado con éxito en la ciudad alemana de Augsburg, donde los últimos meses ha estado funcionando un tranvía dotado con el sistema, mientras que Bombardier ha comenzado la segunda fase de las pruebas con la instalación de un carril de 125 metros de largo en la ciudad belga de Lommel donde un autobús eléctrico realiza una de las rutas urbanas, mientras que por su parte las pruebas con los primeros coches comenzarán este mismo verano.

Como siempre existen pros y contras y entre los primeros podemos encontrar que con la generalización de este formato de recarga, el tamaño de los packs de los vehículos eléctricos pasarían a un segundo plano y no necesitaríamos cargar con cientos de kilos de baterías inútilmente, mientras que en los contras debemos anotar el previsible alto coste económico de su instalación ya que para empezar, nos obligaría a levantar las calles por completo.

En definitiva, una solución que necesita continuar con su evolución pero que las pruebas reales han demostrado que aparentemente estamos ante una tecnología lista para su uso comercial y aunque nos encontramos muy lejos de carriles dotados de sistemas de inducción, no es descabellado pensar en aplicaciones a corto plazo, como en el sector del transporte público.