Aún con la saga de vehículos de BMW i aún por estrenar sorprende que hace 10 años la compañía germana ya tuviese en mente la creación de un vehículo eléctrico. Ya en 1969 se dio a conocer su primer vehículo eléctrico, el BMW 1602, pero fue el que hoy nos ocupa, el BMW E1, el concept car que levantó una mayor expectación.
Nos trasladamos hasta el Salón del Automóvil de Frankfurt en 1991, cuando el BMW E1 fue presentado en sociedad. Un concept car de motor eléctrico nacido de las manos de los ingenieros de la división BMW Technik que pretendía llevar hasta las grandes ciudades un utilitario que permitiese ser eficiente a la vez que respetuoso con el medio ambiente.
Con un asombroso peso de 907 kg permitidos por su estructura de aluminio y plástico, el BMW E1 alcanzaba una velocidad máxima de 120 km/h proporcionada por su motor eléctrico de 37 kW, con baterías de sulfuro de sodio, colocado en el eje trasero del vehículo y una autonomía de aproximadamente unos 200 kilómetros.
Ya por aquél entonces BMW decidió implementar en su E1 el sistema de frenado regenerativo, que sumado a un sistema de absorción de golpes frontales y traseros, convirtió a este concept car en un salto evolutivo en cuestiones de seguridad al volante.
El vehículo de cuatro plazas erró en cambio en su aspecto, muy alejado de los cánones de BMW, que acabó comparándose con el Ford Fiesta de por aquél entonces. No ayudó demasiado el hecho de que se le denominara como un coche para mujeres, en una época en la que la igualdad a la que hoy aspiramos estaba muy por debajo de los límites soñados.
El poco avance de los motores eléctricos por aquél entonces, sumado a la corta vida de sus baterías, tan solo cinco años, acabó por lapidar el proyecto, lo que no evitó que se siguiese trabajando en el concepto hasta alcanzar una versión llamada BMW E2 y el BMW Z15. Al menos este concept car sirvió como avanzadilla a la revolución de vehículos eléctricos que estamos viviendo hoy en día.
Fuente | BMW