Llevamos usando baterías de Plomo-ácido en nuestros coches muchísimos años (son la batería típica que todo coche convencional lleva para el arranque, y alimentar los dispositivos eléctricos del automóvil, como las luces, por ejemplo). Algo menos de tiempo llevamos usando las baterías de Níquel-MetalHidruro (muy habituales en los coches híbridos, como el Toyota Prius).
PowerGenix, presentó hace unos años unas nuevas baterías recargables de níquel, las baterías de Níquel-Zinc. Lleva este tiempo trabajando y mejorándolas. Al menos podemos considerarlas nuevas si tenemos en cuenta que, aunque ya se descubrieron en los años 20, por aquel entonces no se consiguió que fueran muy viables, ya que tenían una vida útil muy corta, debido a la solubilidad del óxido de zinc; este problema se ha solucionado ya.
Tienen una mayor densidad de carga que las baterías de Níquel-MetalHidruro (100 Wh/kg frente a 80 Wh/kg) y mucho mayor que las baterías de plomo (unos 30 Wh/kg). Además tienen un menor volumen, un menor peso (aproximadamente un 30% menores) y un inferior coste (apenas algo más que las de plomo). No llegan a la densidad de las baterías de iones de litio (de unos 140 Wh – 160 Wh por kilo) pero tienen un coste claramente inferior (aproximadamente la mitad).
Este tipo de baterías no están todavía muy extendidas, pero son muy adecuadas para los coches híbridos, y para los coches con motor de combustión interna que busquen ser más eficientes (a veces llamados “microhíbridos”, coches con sistema stop-start y a veces también frenos regenerativos).
En el caso concreto de un Toyota Prius (sobre el que han estado haciendo pruebas), sustituir su actual paquete de baterías de Níquel-MetalHidruro por uno de Níquel-Zinc supondría aproximadamente un 30% más de autonomía en modo eléctrico y una reducción del precio de las baterías de un 25%.
En los coches de gasolina o diésel se está extendiendo cada vez el sistema de parada y arranque automático del motor (stop-start), este tipo de baterías serían un excelente sustituto de las vetustas baterías de plomo-ácido. Costarían apenas un poco más, y en el mismo tamaño y peso acumularían más energía (e irían colocadas en el mismo sitio que actualmente, el vano motor).
Si además el coche lleva un sistema de frenos regenerativos, la acumulación de energía (de esa energía que si no se desperdiciaría) es mayor. Al acumular más energía, se podría tener más tiempo de uso del aire acondicionado con el motor parado, volver a arrancar el motor sin problemas, y alimentar más dispositivos eléctricos del coche, sin tener que recurrir tanto a recargar la batería con el alternador del coche (que funciona añadiendo trabajo al motor).
Es decir, podríamos hacer algo más eficientes los actuales coches (y reducir su consumo un poco más) con una solución muy simple y nada cara. Por cierto, además de todo esto, estas baterías de Níquel-Zinc no requieren sistemas especiales de refrigeración, y son las más reciclables del mercado (y no contienen ni plomo, ni cadmio, ni mercurio, ni ningún otro metal tóxico). ¿A qué estamos esperando?
Vía | Green Car Congress
Más información | PowerGenix
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