La contaminación generada por el transporte es un problema al que, como hemos venido diciendo, se tiende a restar importancia. A fecha de hoy, no existe una gran ciudad que no cuente con instrumentos de medición de los principales y más perniciosos agentes contaminantes. Ahora bien, no siempre la colocación de este tipo de estaciones es la más adecuada para medir los niveles reales. Sirva de ejemplo que hemos seguido de cerca el de Madrid y las quejas con respecto a esto.
Esto puede que cambie cuando las autoridades no sean las únicas capacitadas para informar sobre los datos de contaminación. Ya existen aplicaciones como Caliope que miden la calidad del aire, y ahora Google también quiere implicarse en el asunto.
Gracias a su asociación con la compañía Aclima que fabrica este tipo de infraestructura, Google está equipando a sus coches encargados de su Street View con sensores que miden la contaminación, con el objetivo de ofrecer datos en tiempo real. Entre los contaminantes que pueden detectarse están los óxidos de nitrogeno, el ozono, metano, dióxido de carbono, partículas en suspensión o compuestos orgánicos volátiles.
Es decir, la alineación al completo de un equipo que en Motorpasión Futuro no nos hemos cansado de citar dados sus efectos nocivos para la salud en concordancia con el desarrollo de la movilidad alternativa.
Google y Aclima lanzan una declaración de intenciones sobre un tema que promete tener más cabida en la escena pública. Las palabras de uno de los responsables del proyecto, Karin Tuxen-Bettman, lo ponen de manifiesto:
Si eres madre de un niño que padece asma puedes planificar tu día haciendo uso de este tipo de información.
De momento Google no está publicando ningún tipo de información, pero la idea es hacerlo en el futuro a través de sus servicios. El proyecto que contabiliza ya varios años en el departamento Google Earth Outreach ha realizado algunas pruebas, por ejemplo en Denver, ciudad estadounidense en la que con solo tres coches pudieron registrar 750 horas de conducción y 150 millones de puntos de datos reales para tomar el pulso a la contaminación.
Vía | NPR
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