Hace un par de semanas os traía las 11 razones por las que un comprador se había enamorado de su Tesla Model S, pero como siempre, hay una de cal y otra de arena. Ahora un editor de Green Car Reports nos comenta cuales son los 7 defectillos que le ha encontrado a su Model S.
Esto es un dato muy interesante, porque hasta ahora Tesla no ha dejado en manos de ningún medio especializado su Model S para ser comparado con otros vehículos por manos “profesionales”, de forma que se pueda emitir algún tipo de valoración sobre ello. Pero, después de que Top Gear pusiera a caer de un burro a su Roadster o que publicaciones como Consumer Reports hablen bastante mal del Mitsubishi i-MiEV es comprensible.
Pasemos ahora al análisis del Model S. Una de las primeras observaciones, y realmente la comparto, es que el coche es una de las mejores obras de arte sobre ruedas jamás creadas, el diseño es apabullante y la sensación de gran coche que despide este coche es increible. Pero aun así el Model S está lejos de ser perfecto, ya que todavía hay pequeños detalles que podrían ser fácilmente mejorables.
Comenzando con esos detalles, cosas como que el coche no “arrastre”; todo coche automático tiende a “arrastrar” hacia adelante cuando al arrancar se se suelta el pedal del freno y no se actua sobre el acelerador, haciendo que el coche salga despacito hacia adelante.
Al parecer en Tesla no han considerado la inclusión de un fenómeno que simule este efecto, y para la gente acostumbrada a conducir vehículos automáticos la sensación que genera es un tanto extraña.
El diseño, condicionante de la funcionalidad del coche
También hay problemas con la entrada y salida del vehículo; al ser un coche tan bajo para mejorar la aerodinámica, los accesos al mismo se vuelven un tanto complicados para gente por encima de 1,85 m; pero esto puede solucionarse parcialmente gracias a la suspensión activa que ofrece Tesla. El vehículo puede variar su altura libre al suelo desde el interior, consiguiendo una elevación de hasta cinco centímetros sobre la base normal, haciendo que los accesos sean un poco mejores.
La tercera pega del Model S proviene del sistema de regeneración de energía en la frenada. En la mayoría de coches híbridos y eléctricos disponemos generalmente de dos versiones de regeneración, una suave y otra un poco más fuerte, y el cambio entre ellas suele ser bastante cómodo; no así en el Model S.
Para realizar el cambio es necesario entrar en el menú de la pantalla táctil de 17 pulgadas y seleccionarlo, cosa que en marcha es casi hasta peligroso. ¿Respuesta de Tesla al problema? “Nunca llegamos a pensar que alguien quisiera cambiarlo en marcha“…
El emplazamiento del punto de recarga es un tanto incómodo. La mayoría de los coches eléctricos disponen del punto de recarga o en el frontal del mismo o en su defecto en la parte delantera del coche en alguno de los laterales, o en ambos.
Pero en Tesla han pensado que, para mantener las fluidas líneas de diseño intactas, la mejor posición para colocarlo es escondido detrás de las luces traseras en la zona izquierda. Esto implica que el cable ha de ser más largo de lo normal para poder recargarlo.
De la colaboración entre Tesla y Daimler viene el quinto problemilla, y no es otro que la localización de los indicadores de los intermitentes. Al parecer los ingenieros de Daimler consideran que los conductores no llevan las manos en el sitio que deberían en el volante, y para corregir eso han cambiado la posición de los intermitentes para forzarte a llevar las manos “en su sitio”.
Pero el inconveniente proviene que en la posición en la que deberían ir los intermitentes se encuentra el sistema de control de velocidad, por lo que cuando instintivamente irías a indicar un cambio de carril lo que acabas haciendo es activar el control de velocidad.
El Tesla Model S, un eléctrico diferente
Otra cosa en la que este Tesla difiere de otros eléctricos en el mercado es en la no existencia de diferentes modos de conducción. Si otros eléctricos e híbridos disponen de modos “eco” y “sport” para restringir o liberar plenamente las prestaciones del motor en el Model S eso no es así.
Es sinceramente sorprendente, ya que Tesla ha diseñado las manetas de las puertas retráctiles para reducir la resistencia aerodinámica o la suspensión activa que rebaja la altura del coche a partir de 100 km/h para mejorar la aerodinámica.
Y, finalizando, sólo nos queda destacar el indicador del nivel de batería. Mientras que en otros modelos eléctricos la lectura de carga es muy fácil e intuitiva (nos presentan un sistema de barritas en vertical y un porcentaje de carga) en Tesla han optado por una barra horizontal continua que nos muestra el nivel de carga. Esto hace que la lectura sea más compleja, ya que no podemos ver, como en un teléfono por ejemplo, cuantas “rayitas” de carga nos quedan.
En cambio, el Model S dispone de un complejo sistema de estimación de alcance en el cual se toman infinidad de parámetros (velocidad, estilo de conducción, orografía, etc.) para de esa manera estimar lo más realisticamente posible cuando “vamos a quedarnos sin electrones” en nuestro eléctrico.
Pues aquí están expuestos los pequeños defectos que tiene el Tesla Model S, hay que decir que muchos de ellos se solucionarían con una simple actualización de software, pero aun así nos sirve para ver que el coche es, como todo en esta vida, lejos de ser perfecto.
Estos defectos pueden deberse a que Tesla no deja de ser todavía un fabricante pequeño y con poca expereriencia en lo que a fabricación de coches se refiere; no tengo la menor duda que estas cosillas se irán resolviendo según los coches vayan saliendo de la fábrica californiana.
Fuente | Green Car Reports
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