Por desgracia, el panorama actual no permite hablar de la guerra de una forma distanciada, pero de vez en cuando merece la pena rescatar trozos de historia olvidados que, una vez desempolvados, nos hacen pensar lo poco que sabemos. Esta historia comienza con un General del Ejército Aliado, llamado Dwight "Ik" D. Eisenhower (1890-1969).
En junio de 1942 fue designado jefe supremo de Ejército Aliado; su cuartel general se estableció en Londres. Allí le recibiría una antigua conductora de ambulancias llamada Kay Summersby, una mujer que fue capaz de sortear las bombas de las laberínticas calles del Londres de la guerra y se convertiría en una figura clave para el militar y político estadounidense.
Cuando conducir era un reto
Como en tantísimas ocasiones, el oficio y las destrezas de Kay Summersby Morgan se vieron eclipsadas por el romance que al parecer (no queda clara la historia) tuvo con Eisenhower, y saltó a la fama no por conducir el potente Cadillac del general con destreza. Kay nació en Cork, Irlanda, el 23 de noviembre de 1908. Se dedicó a la fotografía y a posar como modelo en revistas de moda, se casó y en los años previos a la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) se divorció.
Cuando Inglaterra entró en guerra con la Alemania Nazi, cambiaría el panorama en cada aspecto de las vidas de aquellos que tendrían que vivir la sangrienta contienda. Kay, que por entonces tenía 32 años, se enroló en el Cuerpo Motorizado Británico de Transporte como chófer, alcanzando el grado de sargento. Demostró así sus habilidades al volante ejerciendo de conductora de ambulancia durante los bombardeos de Londres.
Al igual que ocurriría durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918), la necesidad absoluta de movilizar a toda la población provocó el salto de las mujeres de la esfera privada a la pública, asumiendo roles asignados exclusivamente a hombres. El desplazamiento masivo de los hombres al campo de batalla obligó a plantearse a una conservadora y clasista sociedad que las mujeres salieran de la cocina. Y vaya si lo hicieron.
Tras el volante de un Cadillac a prueba de bombas
También ocurrió durante la segunda gran contienda: las mujeres se volvieron más protagonistas, y Kay fue asignada a Eisenhower como su chófer personal a cargo de su famoso Cadillac cuatro estrellas. Sería después de ser designado jefe supremo del Ejército Aliado, en 1942, cuando Einsenhower conoció a Kay.
Le recogió en el aeropuerto de Londres, y desde entonces se convertiría en su conductora preferida. Su Cadillac V8, una limusina de 7 plazas, era lo suficientemente robusto para llevarle por cualquier lugar por peligroso que fuera.
El General quedó impresionado por el conocimiento que Kay tenía de las laberínticas calles de Londres. A veces tenía que desplazarse a ver a dignatarios y pasar por lo barrios más bombardeados y peligrosos de la capital, lo que él denominaba "el tour de los 64 dólares", confiando esos viajes a Kay. Desde entonces, se convertiría en su conductora personal a través de viajes por el Norte de África, Túnez, Italia y por supuesto Inglaterra.
Mi jefe fue Ike
Si bien es cierto que Kay jugó al despiste durante toda su vida respecto a la relación que guardaba con Einsenhower, diversas fotos reflejan la cercanía de la que gozaban ambos. Ella le acompañó durante todo el periodo previo al desembarco de Normandía en 1944 y ejerció de secretaria personal del General, el cual tanto éxito en su carrera política y militar que acabó convirtiéndose en el 34 presidente de Estados Unidos (1953-1961).
Por aquella época, Eisenhower estaba casado aunque atravesaba un mal momento, y según algunas versiones Kay comenzó su relación con el General cuando tenía 36 años, en un tenso periodo en el que se fraguaba la batalla de Normandía. Para cuando la guerra terminó, Einsehhower consiguió la nacionalidad americana a su conductora, la cual ingresó como una oficial del Cuerpo del Ejército de Mujeres de los Estados Unidos (WACS), alcanzando el grado de Capitán.
Al parecer Einsenhower pensó seriamente en casarse con ella, pero le fue denegado por George Marshall el divorcio con la que era su mujer. Ante la candidatura a la Presidencia, el republicano dio por finalizada su relación con Kay. Ella contrajo matrimonio en 1952 con un corredor de la bolsa de Nueva York, y en la década de los 70 comenzó su declive.
En 1973, el cáncer empezó a hacer estragos en su salud y el 20 de enero de 1975 falleció, no sin antes escribir con la ayuda de la periodista Bárbara Wyden su segundo libro a título póstumo titulado "Past Forgetting: My Love Affair with Dwight Eisenhower". Sin embargo en él afirma que el amor que se profesaron no fue consumado.
Pasara lo que pasara, que quede para el recuerdo el papel que jugó Kay Summersby durante la Segunda Guerra Mundial, tras el volante de un imponente Cadillac y formando parte de los años más determinantes de nuestra historia. Como tantas otras mujeres.
Fuente | Alchetron
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