Nuevo Citroën C4, presentación y prueba en Suecia (parte 1)

Entre las ciudades de Copenhage (Dinamarca) y Malmö (Suecia) hemos probado el nuevo Citroën C4. El modelo saliente comenzó sus ventas en 2004 y representaba la apuesta agresiva de Citroën: un diseño muy atrevido querido y odiado a partes iguales, y con una solución extrema en el interior: un volante con centro fijo e indicadores sólo en la parte central, que no arropaban en absoluto al conductor. Y a pesar de ello fue un superventas.

Quizás la frialdad y belleza de los paisajes escandinavos es una buena metáfora del movimiento que ha hecho Citroën. Alejándose de su excesiva calidez francesa, intentando mantener la personalidad pero sin causar rechazo entre aquellos que somos críticos con los coches demasiado futuristas.

¿Puede el nuevo Citroën C4 agradar a todos y encontrar el equilibrio entre coche francés y alemán? Me fui a los países nórdicos con la maleta llena de prejuicios, y admito que vuelvo con una opinión mucho mejor. Veamos por qué.

Exterior del nuevo Citroën C4

El Citroën C3 Picasso supuso para mí un importante cambio respecto a la calidad de Citroën. La impresión tanto de diseño exterior como la calidad del interior distaba mucho a lo que venían haciendo hasta el momento. El Citroën C5 supuso un gran salto cualitativo, para un modelo capaz de convertir en diseño exterior con las berlinas alemanas, e incluso superarlas.

Con el Citroën C4 tengo sentimientos encontrados respecto al diseño exterior. Parece mucho más coche que el C3, pero tampoco como para quitarse el sombrero a su paso como ocurre el C5. En concreto tiene un frontal notable, una línea lateral media y una trasera algo más floja. El diseño de las llantas de los modelos probados, de 17 pulgadas, es de aspecto más jovial que elegante, por su diseño de turbina y su brillo “efecto diamante”.

Citroën explica que ha intentado diseñador para transmitir la sensación de ser un coche robusto y elegante. Les doy la razón en lo primero, y un “sí, pero” a lo segundo. Algo que sorprende es que no habrá modelo de tres puertas, ni siquiera tampoco en el futuro Citroën DS4, la versión premium del C4.

Interior del nuevo Citroën C4

La impresión empieza a mejorar, y mucho, cuando nos sentamos en él. Destaca la calidad de los plásticos y materiales, especialmente teniendo en cuenta su precio ajustado.

El volante es grande, con un centro abultado que sobresale hacia el conductor y que hace que parezca todavía más grande. Está lleno de botones, la sensación de “coche tecnológico con muchas funciones” se lleva hasta el extremo en el Citroën C4. En la versión probada tiene la parte inferior recortada y con un aplique de aluminio. El tacto es muy agradable, aunque quizás por ser tan grande se hace un poco incómodo al girar en curvas pronunciadas, dando la sensación de que gira poco.

Los indicadores de velocidad pasan a detrás del volante, lugar de dónde nunca deberían salir en un coche que pretenda hacer que su conductor lo disfrute. Sólo con este nuevo volante el salto cualitativo del anterior C4 a este justificaría un restyle (afirmación atrevida, lo sé). La cubierta del salpicadero por detrás del volante tiene una forma un tanto peculiar, quizás excesivamente llamativa.

La calidad y tacto agradable de los botones del volante es extensible también al resto de mandos del interior, que mantiene también la filosofía de “cuantos más botones, mejor”. Por ejemplo, resulta significativo que tenga un teclado del 1 al 6 (que no he llegado a utilizar ni se me ocurre para qué puede ser realmente necesario). Incluso podríamos achacarle algunos errores de usabilidad, como por ejemplos las ruletas del volante: algunas sólo giran y otras también se pueden presionar. En general un batiburrillo de botones que requieren una curva de aprendizaje lenta.

La versión probada cuenta con un freno de mano eléctrico, accionable mediante un bonito botón, también de tacto agradable. Se suelta sólo al arrancar si paramos en un semáforo, y sirve también de freno de emergencia (sí, lo he comprobado, la tentación de ese botón rojo al lado de la palanca de cambio era insalvable).

Personalización de luces y sonidos en el Citroën C4

En este vídeo podemos ver los cambios de luces y sonidos del Citroën C4.


En eso que muchos denominan “vida a bordo” hay dos aspectos que considero importantes. El primero de ellos es la iluminación del habitáculo y la instrumentación. El segundo, el sonido de los mandos como por ejemplo el intermitente.

Este último puede parecer trivial pero tiene su gracia. Inicialmente el ruido del intermitente era la bombillita encendiéndose y apagándose. Ahora que no suena nada mecánico es necesario tener un sonido que nos advierta de que está encendido. Es parecido en muchos coches, pero Citroën en ocasiones se había lanzado a por un sonido más atrevido, más futurista. Igual que los ordenadores en las películas, cuando todos sabemos que los sonidos de un ordenador no son tan galácticos. De hecho ni un avión ni una nave espacial emite tales sonidos.

Nos encontramos ante posturas inconciliables los que preferimos los sonidos clásicos y los que pueden encontrar divertido ese tipo de sonidos. Bien, café para todos. El nuevo Citroën C4 incorpora la opción de personalizar los sonidos de intermitentes, puerta abierta, cinturón desabrochado, etc. Pueden seguir siendo atrevidos sin que los maniáticos como yo nos irritemos al poner el intermitente.

La personalización no termina aquí. La iluminación de las esferas de detrás del volante se puede personalizar, tanto en el color de su fondo como el de los números. Son cinco colores (realmente matices entre blanco y azul) que nos permiten una atmósfera más fría o más eléctrica, aunque dentro de un rango de colores similar.

Un último punto en el que le doy una altísima nota es en las gráficas y tipografías tanto de los botones como de los indicadores y de la pantalla del navegador. Muy coloridos pero a la vez muy elegantes y claros.

Asientos y huecos portaobjetos

El Citroën C4 destaca, entre otras cosas, por la cantidad de huecos portaobjetos que nos podemos encontrar en su interior. Uno enorme en la puerta (el mayor que he visto en ese lugar en ningún coche), uno delante de la palanca de cambio de tamaño generoso, uno justo detrás de la palanca de tamaño algo más pequeño y un espacio con tapa debajo del reposabrazos, con tapa.

En las versiones con cambio automático hay también un hueco con tapa y bandeja en el lugar donde estaría la palanca, de un tamaño en el que podrían caber dos paquetes de arroz y 50 chicles (no se me ocurre por qué alguien podría llevar eso en el coche, pero el ejemplo se entiende).

El maletero tiene un tamaño generoso, por encima de la media en su segmento. Es bastante profundo. Tiene la boca de carga algo alta (aunque muy ancha) y el mando para abrirlo queda algo incómodo al estar demasiado bajo. La luz del interior se puede sacar y se convierte en una linterna, al menos en la versión probada.

La guantera también es grande e incluso tiene un espacio específico para gafas. Y por si fuese poco, debajo de los asientos delanteros también hay dos bandejas, dependiendo de la versión.

También según la versión cuenta con asientos regulables eléctricamente. Los de tapicería mixta sólo tienen la regulación lumbar eléctrica, mientras que los de cuero regulan la posición de la banqueta y respaldo también de forma eléctrica. En ambos casos cuentan con calefacción en banqueta y espalda y función de masaje, que no es más que un movimiento de la regulación lumbar de más a menos presión, y que personalmente no encuentro un masaje demasiado cómodo. No recomendaría comprar los asientos sólo por esta función, aunque viene de serie en el acabado Exclusive y no nos encontraremos en la coyuntura de tener que pagar por ella. La calefacción sí se agradece en invierno.

Quizás por falta de tiempo para encontrar mi medida exacta, pero mi satisfacción con el confort de los asientos no fue completa. Demasiado apoyo lumbar (incluso tratando de regularlo al mínimo) y el reposacabezas algo duro, además de resultar algo estrechos para un compacto.

Equipamiento del nuevo Citroën C4

El Citroën C4 puede contar con una gran cantidad de equipamiento, especialmente de seguridad, que veremos en el apartado correspondiente. En confort, además de lo ya comentado sobre los asientos, destaca el techo panorámico de cristal que permite la entrada de luz. No se puede abrir y queda en una posición algo atrasada, por lo que podrá ser disfrutado más por los pasajeros que viajen en las plazas traseras.

El sistema de navegación, denominado eMyWay, tiene también un diseño muy agradable y resulta útil, aunque su manejo es algo complicado por la cantidad de botones de la que dispone (no es táctil). Le quita puntos la voz de navegación, con frases como “tome a la derecha” para indicar un giro. ¿¿¿Que tome qué???

Opcionalmente puede llevar un sistema de altavoces Denon que cuenta con un subwoofer en el maletero que impresiona más por su tamaño que por su sonido (vibra pero apenas suena, o al menos esa fue mi impresión en esa unidad).

Al menos en la versión Exclusive encontramos un enchufe de 230 voltios delante (nos preguntamos si serviría para cargar un Citroën C-Zero en movimiento con una alargadera).

Segunda parte | Nuevo Citroën C4, presentación y prueba en Suecia (parte 2)

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