Eran las 5:30 de una mañana de agosto del año 1976. Claude Lelouch se disponía a recorrer París a bordo de un Mercedes-Benz 450SEL 6.9... a más de 200 km/h. 'C'était un rendezvous', era una cita. Así tituló Lelouch su insólita historia, como en un intento de excusar lo que era inexcusable y que 40 años después nos sigue cautivando cada vez que visionamos el resultado de aquella irresponsabilidad perpetrada tras apenas unas horas de preparación.
Junto a Claude Lelouch, que se encontraba a los mandos de la berlina alemana, estaban Jacques Lefrançois como director de fotografía y Henri Querol como key grip de aquel particular equipo de rodaje. El plano secuencia más acelerado de la Historia del Cine duraría poco más de 8 minutos y medio, y sentaría un interesante precedente para aquellos que, inspirados de una u otra manera por Lelouch, han retratado la realidad a través de un parabrisas.
El cineasta francés, que en el momento de rodar 'C'était un rendezvous' ya contaba con 20 cintas en su filmografía, utilizó un Mercedes-Benz 450SEL 6.9 a pesar de que su cambio automático de tres relaciones no permitía obtener un sonido tan espectacular como el que finalmente adornó aquella película. Dobló la banda sonora sin prestar demasiada atención a la sincronización entre lo que se veía y se escuchaba, en lo que quizá sea el peor detalle técnico de toda la filmación.
La razón para elegir aquella berlina de Mercedes-Benz, un coche de su propiedad, fue la suspensión hidroneumática que Daimler había estrenado dos años atrás en este vehículo, una suspensión cuya bomba recibía el movimiento directamente de la correa de distribución, y no por una correa de accesorios.
¿Y por qué era tan importante que el coche con el que se rodaba 'C'était un rendezvous' dispusiera de suspensión hidroneumática? Exacto: para aumentar la estabilidad de la cámara, que iba montada en el frontal del vehículo. Algo más que importante cuando uno rueda cuadruplicando la velocidad máxima de las calles de París, sobre todo cuando vuela por las calles adoquinadas de Montmartre, donde finalizaría su recorrido Lelouch.
A toda velocidad por el centro de París
La ruta que siguió Claude Lelouch fue un paseo por el centro de París, sin apenas dejar en el tintero ninguna de las zonas más emblemáticas de la ciudad de la luz. De la Porte Dauphine hacia el Arco del Triunfo, recorrió los Campos Elíseos, pasó por el Obelisco y, ya a la altura del Louvre, se produjo el que quizá fuera el punto más arriesgado de todo el intenso rodaje de 'C'était un rendezvous'. Lelouch cruzó por los arcos del Palacio a toda mecha (3:20 a 3:36) sin tener nada de visibilidad.
Lo cierto es que aquí el cineasta contaba con una ayuda externa, un colaborador que debía avisarle por radio si existía algún problema. Al llegar al Louvre la radio permaneció muda, por lo que Claude Lelouch dedujo que tenía vía libre. Lo que ocurrió, sin embargo, fue que la radio no funcionaba, y sólo la coincidencia hizo que el rodaje no terminara en tragedia. Otros puntos donde 'C'était un rendezvous' puso en riesgo a los demás fueron el cruce con un autobús frente al Louvre (3:18), el camión de la basura en mitad de la calle (5:55) o el MINI que atraviesa el plano (6:45).
Como es sabido, 'C'était un rendezvous' se saldó con 16 semáforos en rojo saltados uno tras otro, con innumerables situaciones de riesgo para el equipo de rodaje y para todo aquel que se cruzó en su camino, y con la detención de Claude Lelouch por conducción temeraria. Era una cita, según el cineasta francés. Ya hace 40 años de aquella cita con aquella chica, en el corazón de París.