Tras haberse llevado los Insignia, Astra Sedan y Mokka a Norteamérica, Buick complementa su gama con el lanzamiento del Cascada, el primer convertible del fabricante estadounidense en los últimos 25 años y el primer coche de Opel que no pierde su nombre al ser reetiquetado para su venta al otro lado del Atlántico.
Con respecto al Opel Cascada —Cabrio en España— que conocemos en Europa, el modelo de Buick no recibe cambios estéticos significativos. Las únicas diferencias son un nuevo diseño de llantas de 20 pulgadas y los emblemas de Buick en lugar de los de Opel; la calandra, a diferencia del resto de la gama Buick, se mantiene intacta desde Europa.
Bajo el capó, el Buick Cascada ofrecerá únicamente el motor más potente de la gama europea, el 1.6 litros turbo de 200 CV y 280 Nm —300 Nm con el efímero overboost — asociado a un cambio automático de seis velocidades.
En el habitáculo, lo que más llama la atención es la selección de colores; todos los guarnecidos y los plásticos son negros, con algunos detalles cromados por ahí para romper con la monotonía. Conserva el sistema de entretenimiento —que por aquellos lares es conocido como Buick Intellilink— y la iluminación ambiental, suma el sistema OnStar y algunas asistencias de conducción como alerta de abandono de carril y asistente de aparcamiento. Complementa la oferta con cámara de visión trasera y sensores de lluvia.
Aunque presentado en enero de 2015, el Buick Cascada no llegará a los concesionarios antes de que le demos una vuelta entera al calendario. Las primeras entregas están programadas para principios del 2016.
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