Dios da pan a quien no tiene dientes. Es un dicho común, pero en este caso se cumple a la perfección. El que veis en la imagen, es un BMW M4 Coupé que hace pocos días llegó a manos de su nuevo dueño, un jóven de 19 años que cuando lo vio, pensó que a su coche le faltaba algo de carácter.
Por eso, en lugar de recurrir a un preparador de coches, a una empresa de viniliado o devolver el coche la concesionario y pedir que se lo pintasen a su gusto en BMW Individual, se fue al WalMart más cercano y compró dos botes de pintura en spray, uno azul y el otro naranja. El final de la historia lo tenéis ante vosotros...
Ni corto ni perezoso, pintó de arriba a abajo el coche de color azul y la parte inferior en naranja. No se preocupó ni de poner cinta en las juntas, ni de cubrir los neumáticos y las llantas, que como vemos también tienen restos de pintura. Vamos, que se ha cargado el coche que muchos soñamos tener algún día a día.
Al menos en su defensa hay que decir que eligió la preciosa combinación de colores de Gulf, como en algunos coches de carreras históricos. Por sacar algo en positivo de esta curiosa historia...