Estrenando el BMW i8

El BMW i8 es posiblemente el coche más esperado de BMW en las últimas dos décadas. Hasta ahora la marca alemana no tenía ningún superdeportivo en su gama de vehículos, algo extraño conociendo el potencial tecnológico que atesoran en sus cuarteles generales y el posicionamiento claramente deportivo de su gama.

En BMW han esperado mucho tiempo para lanzar al mercado su superdeportivo, ese coche que en muchas ocasiones se utiliza más como imagen de marca que como un producto realmente rentable. En todo ese tiempo le han dado muchas vueltas a cómo plantearlo y finalmente se han decantado por un modelo híbrido enchufable que sin duda supone un golpe sobre la mesa tecnológicamente hablando. ¿Quién se acuerda del Audi R8 o del Mercedes SLS AMG habiendo un BMW i8? Os cuento lo que sentí al estrenar uno hace unos días.

Si hace unas semanas BMW nos mostraba en persona el BMW i8 en Madrid para que sacásemos nuestras primeras impresiones, en esta nueva cita con el superdeportivo alemán íbamos a ir un paso más allá. No sólo íbamos a disfrutar de su impresionante silueta, mucho más bonita en persona que en fotos, también íbamos a tener la oportunidad de conducirlo...unos 10 kilómetros.

Vale que 10 kilómetros parezca una distancia ridícula, pero os cuento por qué la experiencia iba a mercer la pena. El BMW i8 que nos habían ofrecido para conducir era la primera unidad matriculada en España, un coche que en breve pasará a ocupar las portadas de todas las revistas especializadas en nuestro país. Íbamos a tener el honor de estrenarlo y llevarlo hasta Autobello 2014.

Al llegar a la sede de BMW Ibérica, un arsenal de coches nos esperaba en la puerta. Allí se agolpaban un BMW M3, un BMW M4 Coupé, un BMW i3, el nuevo MINI Cooper S y sobre todos ellos destacaba uno, el BMW i8. La unidad en cuestión, configurada en una acertada combinación de colores blancos, negros y azules, brillaba con luz propia entre las últimas novedades de BMW que allí se daban cita.

No se ni decir el número de personas que se acercaron a hacerle fotos durante los apenas 15 minutos que estuvimos esperando a los otros compañeros que iban a conducir el resto de coches hasta Autobello. Su línea es sencillamente espectacular, y en sus 4,69 metros de largo se reencarna a la perfección el coche del futuro que ya está a la venta.

Sin duda para mi la trasera es la parte más espectacular del coche, principalmente por las originales formas que hacen la luneta trasera en su unión con el resto de la carrocería. Podríamos decir que en este coche los alerones se integran con el resto de la silueta y lo hacen con un atrevimiento que no había visto hasta ahora en un coche de producción.

Después de dar varias vueltas alrededor de el, estudiar cada detalle y pensar en el momento de conducirlo, la máquina del tiempo nos llevó al futuro. Abrimos la puerta del conductor, que tiene un sistema de apertura vertical y en el interior encontramos un entorno 100% BMW pero con algunos matices de coche distinto.

Al abrir la puerta se muestra a propósito el chasis fabricado en plástico reforzado con fibra de carbono. No es que el coche esté mal acabado, al contrario. El carbono hay que lucirlo y más si puedes fardar de pesar sólo 1.485 kilos para unas dimensiones y un nivel de tecnología tan grande.

Aunque la mayoría de los mandos los comparte con otros BMW, lo cual no es nada malo teniendo en cuenta los niveles de calidad a los que nos tienen acostumbrados, también es cierto que algunos elementos como el cuadro de mandos completamente digital sólo lo habíamos visto hasta ahora en el BMW i3.

Cuando entras inevitablemente ves detrás de ti las dos diminutas plazas traseras, que aunque no están pensadas para llevar a un adulto durante mucho tiempo, si que te salvan de un apuro en un momento dado. La posición de conducción es muy baja y el cinturón de seguridad, en este caso de un llamativo color azul, se encuentra enganchado al respaldo del asiento para que no te tengas que estirar en exceso para cogerlo.

Estiro un poco el brazo izquierdo para alcanzar la puerta (menos que en un SLS AMG) y me quedo realmente impresionado con lo poco que esta pesa y lo fácil que es cerrarla. Un 10 en este sentido, ya que las puertas de apertura vertical además de ser una preciosidad cuando están abiertas, en este caso también son prácticas.

Los primeros kilómetros en el BMW i8

Después de unas breves explicaciones por parte del miembro de BMW i que me iba a acompañar en todo momento, llegó el momento de ponerlo en marcha. No hay más que pulsar el botón para que el coche esté listo para ponerse en marcha, siempre con un absoluto silencio al que los que no conducimos coches eléctricos de forma regular, todavía no nos hemos acostumbrado.

La palanca de cambio es exactamente la misma que en cualquier otro BMW con caja automática, así que no hay que acostumbrarse a un mando específico como en el caso del BMW i3. Quito el freno de mano eléctrico y con suavidad y un silencio sepulcral comenzamos a recorrer los primeros metros.

Frente a otros superdeportivos que he conducido, el BMW i8 al ser híbrido destaca por la dulzura y suavidad con la que se mueve únicamente con los motores eléctricos. Mientras otros pegan ciertos tirones a baja velocidad y en uso urbano, en el superdeportivo del siglo XXI todo es distinto. Estamos en un mundo aparte.

El coche únicamente tenía 30 kilómetros en el marcador. Estaba absolutamente nuevo, y sólo había recorrido el tramo entre la campa dónde llegan los coches de BMW España y la sede de la marca. Así pues, se puede decir que estábamos estrenando el primer BMW i8 que se ha matriculado en España, un honor para los amantes de los coches deportivos como nosotros.

Su precio de 129.900 euros hacen del BMW i8 un juguete muy "tentador", ya que su precio es inferior por ejemplo al de un Audi R8 (la versión más asequible es el 4.2 FSI V8 por 138.000 euros) y muy poco superior al de un Porsche 911 Carrera S (121.000 euros). Vale que son coches técnica y dinámicamente muy distintos, pero que nadie tenga dudas de que esas son algunas de las alternativas que se baraja comprar un potencial comprador de este coche.

Con cierto nerviosismo por llevar semejante coche entre manos, los primeros metros los dediqué a cogerle el toque al coche. El tacto de los mandos de intermitencia, dirección y pedales es 100% BMW, así que es fácil adaptarse a ellos. El acelerador tiene un tacto de coche normal, ya que no utilizan el concepto "one single pedal" como en el caso del BMW i3.

Aquí aceleras, sueltas y no notas una retención excesiva que pueda sustituir al toque del pedal de freno. No lo notas ni en eDrive, ni en Confort, ni en Ecopro ni por supuesto en Sport, que son los cuatro modos disponibles. En el primer semáforo que nos paramos, me di cuenta de que el coche llama más la atención de lo normal. Los conductores de otros coches y los viandantes no dudaban en sacar su teléfono del bolsillo para retratar el que muchos llamaban "el coche de Batman". Y eso que no ha salido en la película...

Por suerte ese día el tráfico no era todo lo denso que esperaba, así que con cierta cautela porque el coche era nuevo, pude acelerar con ganas un par de veces. La respuesta del coche es instantánea, con mucho par y una aceleración brutal en modo eléctrico. El motor eléctrico de 131 CV envía la potencia a las ruedas delanteras, mientas que un motor tricilíndrico de gasolina, de 1,5 litros de cilindrada y 231 CV mueve el eje trasero.

Si pisas con ganas el acelerador, el eléctrico te mueve durante unos metros, pero rápidamente y sin apenas enterarte se activa el motor de gasolina para continuar con esa aceleración. Aunque es cierto que en ningún momento hice más de un 0-80 km/h en aceleración, no me extraña que haga el 0-100 km/h en 4,4 segundos.

Cuando el motor de gasolina se activa, el sonido se hace más que patente en el habitáculo. Sinceramente en ningún momento pensaría que ese sonido ronco y grave proviene de un pequeño motor tricilíndrico de 1,5 litros de cilindrada. Es más, en ocasiones cuando aceleras puedes llegar a pensar que estás exprimiendo un motor V8 apretado.

En los 10 kilómetros que tuve para conducir el coche, me dio tiempo a seleccionar algunos de los otros modos. En el modo Sport, lo primero que notas es que toda la iluminación del cuadro de mandos y las propias luces que recorren el contorno del habitáculo pasan del color azul estándar al rojo. También las grafías del cuadro de mandos se vuelven más deportivas y por supuesto el sonido más alto y la respuesta gana en instantaneidad.

Por desgracia los 10 primeros kilómetros al volante del BMW i8 se acabaron muy pronto. Llegamos a Autobello 2014 y aparcamos el BMW i8 sobre el césped dónde ya se agolpaban coches de la talla del Ferrari Enzo, F40, Lamborghini Huracán, Porsche 911 GT3, etc. El BMW i8 ocupaba un espacio preferente y destacaba entre todos ellos, demostrando que BMW no ha hecho un coche para pasar desapercibido.

El BMW i8 ganó la copa de oro en Autobello 2014 y fue la gran atracción de la noche. A nosotros esa toma de contacto express nos sirvió para tener unas primeras impresiones muy buenas del coche. Su tacto, el aspecto exterior y toda la tecnología que incorpora hacen de el un coche único, que seguramente sea capaz de sorprender por su comportamiento a aquellos que crean que los 362 CV que desarrolla combinando ambos motores no son suficientes para enfrentarles a los mejores superdeportivos de las marcas premium alemanas.

Hoy y mañana estamos en Milán para, esta vez si, poder probar a fondo el BMW i8 en la presentación internacional. Así pues, en breve os contaremos las características de este coche que pretende sentar precedentes en el segmento de los superdeportivos del siglo XXI y devolver a BMW al olimpo de los fabricantes de superdeportivos. Si, aunque este sea híbrido enchufable.

En Motorpasión | BMW i8 2013

También te puede gustar

Portada de Motorpasión

Ver todos los comentarios en https://www.motorpasion.com

VER 34 Comentarios