Esta semana vamos a probar el BMW Serie 2 Active Tourer, un coche que ha dado mucho que hablar y que seguro dará mucho juego en los foros de automoción. Los talibales de BMW lo dilapidarán, ya que tiene dos características que se salen de la norma para la marca alemana. Por un lado, es el primer modelo de BMW que se fabrica únicamente con tracción delantera, aunque también habrá versiones xDrive con tracción total.
Por otro lado es el primer monovolumen de una marca que nos tiene acostumbrados a coches de marcado carácter deportivo. Sin entrar a valorar ambos aspectos, entendemos que si BMW se plantea lanzar al mercado un coche de esas características será porque saben que comercialmente el mercado lo demanda y puede funcionar bien.
Sus 4,3 metros de largo le convierten en un monovolumen compacto de uso eminenetemente urbano, un competidor directo para el Mercedes Clase B. Audi no tiene en su gama de producto ningún monovolumen de estas características ni parece que lo vaya a incorporar a su gama en un tiempo prudencial.
El Serie 2 Active Tourer se enfrenta a un reto bastante importante, mantener el tacto deportivo tan característico de la gama BMW en un coche con tracción delantera. Han conseguido hacerlo con el MINI, así que tienen dentro de su propia casa una buena base en la que fijarse.
Inicialmente está a la venta por 28.500 euros, que es lo que cuesta el BMW 218i Active Tourer con motor de tres cilindros y 136 caballos de potencia. Habrá otra motorización de gasolina disponible, la del BMW 225i Active Tourer con el motor de 231 caballos, mientras que en diésel la única versión disponible ahora que ya están entregándose las primeras unidades será el 218d Active Tourer con 150 caballos. En nada de tiempo llegarán versiones 216d, 220d, 220d xDrive, 220i y 225i xDrive de las que os hablaremos más adelante.
Habrá como es habitual varios niveles de equipamiento claramente diferenciados, los cuales concluirán con un kit deportivo M que estéticamente crea una combinación un tanto complicada. No es fácil darle un aspecto deportivo a un monovolumen, aunque creo que es más fácil conseguirlo con unas llantas bonitas y unos faldones medianamente deportivos que con unos de aspecto tipicamente M.
Desde que Porsche lanzó al mercado los Cayenne, Panamera y Macan y lo hizo demostrando que es posible inculcar el tacto de los deportivos originales al resto de la gama, no me atrevo a criticar que las marcas diversifiquen tanto sus gamas de producto. Simplemente hay que verlos como coches para aquellos que, por los motivos que sean, ya no pueden permitirse un deportivo y tiene que optar por otro tipo de carrocerías. Veremos qué nos depara.