BMW M cumple 50 años este 2022. La rama deportiva de BMW, que nos dio sagas emblemáticas de modelos, como los BMW M3 y BMW M5, se ha ganado con el tiempo la reputación de ser uno de los mejores fabricantes de motores del mundo. Al fin y al cabo, es BMW M quien ha desarrollado el V12 del McLaren F1.
Con el fin programado del motor de combustión interna en pro del coche eléctrico, BMW M tiene que ponerse las pilas, nunca mejor dicho, para proponer modelos de BMW que sean realmente dignos de lucir la famosa M.
Y ya ha empezado a ver cómo puede hacer esa transición con este primer prototipo equipado con cuatro motores eléctricos y un sistema bautizado M xDrive.
En realidad, BMW M ya propone modelos eléctricos, como el BMW i4 M50, pero este no es un puro BMW M, es decir, no es un BMW i4 M o BMW M i4. Es el equivalente eléctrico del BMW M440i, no del M4.
Un BMW i4 inspirado en el BMW M3
Este prototipo de BMW M es sólo una mula para estudiar las posibilidades que ofrece el nuevo sistema de tracción integral M xDrive con dos motores eléctricos instalados en cada eje, el cual también ha sido diseñado para recuperar energía en las frenadas.
La base de esta mula es un BMW i4 M50 modificado, con una carrocería que se inspira en los actuales BMW M3 y BMW M4, con pasos de rueda ensanchados para alojar los motores.
La parte delantera cuenta con barras de refuerzo y brazos de suspensión inspirados en los del BMW M3/M4 para lograr una rigidez torsional “especialmente alta en situaciones de conducción extremadamente dinámicas”, aseguran en BMW. La disposición de los radiadores también se basa en la configuración desarrollada para los actuales M3 y M4.
Según BMW, este nuevo sistema de propulsión "abre posibilidades completamente nuevas", con un par motor y una potencia "extremadamente precisos" entregados a cada rueda "en milisegundos". La respuesta instantánea de entrega de potencia y par de los motores se puede dosificar con una precisión inalcanzable con los sistemas de tracción convencionales.
Parece ser que la primera vía de exploración de la marca es hacer un coche con un sistema de propulsión que responda al instante a la orden del pie derecho. Salvando las distancias, era una inmediatez que tenían los motores atmosféricos y que se fue perdiendo con los motores turbo de gasolina, salvo contadas excepciones.
"La electrificación nos abre grados de libertad completamente nuevos para crear una dinámica típica de M", dijo Dirk Häcker, jefe de desarrollo de BMW M en el comunicado de la marca.
"Y ya podemos ver que podemos explotar este potencial al máximo, para que nuestros coches deportivos de alto rendimiento sigan ofreciendo la combinación típica e incomparable de dinámica, agilidad y precisión en el futuro localmente libre de emisiones."
La gestión de los cuatro motores es clave para un comportamiento dinámico
Así, además, BWM M está probando un nuevo sistema de gestión de los motores M xDrive. Los cuatro motores están conectados a una unidad de control central que supervisa permanentemente las condiciones de conducción y el comportamiento del conductor.
El reparto de par y su entrega entre los cuatro motores se calcula en milisegundos a partir de los valores de la posición del pedal del acelerador, el ángulo de la dirección, la aceleración longitudinal y lateral del coche, así como la velocidad de rotación de las ruedas y otros parámetros.
Las señales para ello se transmiten con la misma rapidez y directamente a través de un embrague multidisco y de los diferenciales a los cuatro motores, que son capaces de aplicarlas de forma inmediata y precisa.
El objetivo y el reto de BMW M es lograr que los futuros M eléctricos sigan comportándose como un BMW M, es decir, mucha potencia y un comportamiento dinámico que “permite un manejo controlable hasta el límite", según BMW. En ese sentido, el reparto vectorial de par entre los cuatro motores y por tanto las cuatro ruedas es crucial.
Podría permitir desde ayudar a tomar las curvas hasta una precisión absoluta en términos de motricidad al salir de la curva hasta largos derrapes controlados o bien hacer un burn out girando sobre sí mismo. Las posibilidades son en teoría infinitas.
Pero queda todavía por ver si con un eléctrico se consigue transmitir emoción al volante. Un Tesla Model 3 Performance es igual de eficaz que un BMW M3 de antigua generación.
Un Porsche Taycan tiene un dinamismo inimaginable para un eléctrico hasta hace poco. Sin embargo, más allá de los alucinantes 0-100 km/h que los convierten en catapultas siguen sin ser tan emociones como un BMW M3 o un Porsche 911.
Y no es sólo una cuestión de ruido (se podría hacer trampa si fuera sólo eso), sino es una cuestión de cómo reacciona el coche a nuestros imputs y qué nos transmite.
En otras palabras, es preciso que los deportivos eléctricos tengan un feeling mecánico, no pueden aislar completamente al conductor de lo que está ocurriendo con el coche. Al fin y al cabo, un deportivo no se conduce sólo con la vista, sino con todo el cuerpo.