Hace dos días BMW nos dejaba intuir su nuevo modelo de competición, el BMW M4 GT4 que participa este fin de semana en las 24 Horas de Nürburgring, y ahora que se acerca la cita de resistencia alemana, ya tenemos las primeras imágenes y los datos oficiales sobre esta bestia de circuitos basada en el BMW M4 Coupé, a la venta por 169.000 euros antes de impuestos -con entregas en 2018-.
Esta especie de Frankenstein de Múnich adopta soluciones del M4 de serie, como el bloque motor o la transmisión, de su hermano el BMW M6 GT3 hereda el asiento, el sistema de frenos con reparto de frenada (con discos Makrolon de 390 delante y 355 mm detrás, junto a pinzas AP Racing de seis y cuatro pistones) o la pedalera. Del M4 GTS, por ejemplo, incorpora el capó de fibra de carbono.
De este mismo y ligero material (CFRP o plástico reforzado con fibra de carbono, para ser exactos) son las puertas, el techo, el splitter, el alerón trasero o el fondo plano, a lo que se suma un sistema de escape de competición. El M4 GT4 mide 4,67 metros de largo (4,75 metros con el voluminoso splitter), 1,88 metros de ancho y tiene una altura de 1,37 metros, aunque se puede variar.
El motor es, por tanto, un 3 litros de seis cilindros en línea con tecnología M TwinPower turbo y más de 431 CV -aunque la cifra final depende de la normativa-, en combinación con una transmisión de doble embrague y siete velocidades con gestión electrónica de carreras y un diferencial autoblocante mecánico. Monta también neumáticos Hankook en dimensiones 300/660 R18 (para esta carrera, al menos).
Además, incorpora una jaula antivuelco FIA, un depósito de combustible de seguridad (FT3) con capacidad para 125 litros, sistema hidráulico para elevar el coche, barras estabilizadoras ajustables delante y detrás, amortiguadores Öhlins de competición o muelles con tres durezas.
Tras más de 20.000 kilómetros de pruebas, el M4 GT4 está ya listo para participar en su reto más importante: un día entero en el Infierno Verde. Lo hará en un equipo formado por Dirk Adorf (Alemania), Ricky Collard (Gran Bretaña), el ingeniero de desarrollo Jörg Weidinger (Alemania) y el periodista británico Jethro Bovingdon.
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