Un sistema autónomo es aquel que se puede desenvolver en un medio por sí mismo, sin el control de nadie y sin recibir órdenes externas. La robótica y la inteligencia artificial son dos áreas que se ocupan de crear esos “sistemas”, que en ocasiones no son más que pequeños robots del tamaño de un puño capaces de seguir una línea o, con suerte, un bonito perro-robot.
Pero no nos engañemos, es un área tremendamente compleja y con un futuro prometedor. No hay que ir muy lejos ni jugar a la futurología para encontrarse con aplicaciones reales: la detección de cambio involuntario de carril es un ejemplo de recogida de información del exterior y toma de decisión, aunque ningún coche de producción está cerca todavía ser ser autónomo.
Ninguno de producción, porque hay unos cuantos prototipos que ya circulan en pruebas de forma autónoma. Un ejemplo es el Audi TTS Pikes Peak, también llamado Autonomous TTS, un Audi TTS creado por el Volkswagen Group Automotive Innovation Laboratory de California, la Universidad de Stanford y la empresa Sun Microsystems.
De momento el prototipo no pretende dar lugar a ningún modelo de producción, para eso todavía nos queda mucho. Pero sí sirve para probar diversos sistemas de ayuda a la conducción que cada vez nos van cogiendo más terreno a los imperfectos conductores humanos.
En el Audi TTS Pikes Peak todo se controla mediante un software que cuenta con los interfaces adecuados para captar los eventos del exterior y manejar los elementos del coche: volante, acelerador, freno, caja de cambios e incluso freno de mano.
El prototipo ya circula desde hace unos meses, pero ahora nos lo presentan con una nueva decoración más llamativa. Es justificable, tantas horas de trabajo merecen que el coche luzca como la maravilla de la ingeniería que es, aunque no necesitaría más que algún sensor externo, el resto es pura decoración.
También se ha publicado un vídeo en el que podemos verlo en movimiento. Lo advierto, la sensación de ver un coche sin nadie dentro es algo extraña.
Vía | Carscoop
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