Desde su lanzamiento en el año 2008, el Audi Q5 ha cosechado un gran éxito dentro de su segmento en toda Europa. Para seguir siendo uno de los SUV medianos premium de referencia, el modelo ha sido actualizado en diferentes aspectos: diseño, motores, equipamiento…
Audi ha buscado principalmente que sus motores pudieran ofrecer mayores prestaciones, pero al mismo tiempo reduciendo el consumo de los propulsores previos. La oferta para el renovado Q5 está formada por tres bloques diésel y dos de gasolina, todos ellos sobrealimentados y de inyección directa. La marca asegura que la eficiencia se ha mejorado en hasta un 15%, según el caso.
Por supuesto, también está a la venta el Audi Q5 Hybrid Quattro, la versión híbrida que combina un motor gasolina de 2 litros de cilindrada y otro eléctrico, que en conjunto desarrollan 245 CV de potencia. Veamos qué es lo que ofrece el nuevo Audi Q5 y si realmente cambia o no.
Con ocasión de esta actualización de la gama, Audi nos ha invitado a conocer de primera mano todos estos cambios y hemos podido conducir el nuevo Audi Q5 en tres de sus versiones, incluida la más deportiva, que es a su vez el primer modelo “S” de Audi en equipar un motor turbodiésel: el Audi SQ5 TDI.
Antes de entrar en detalle en cuanto a motorizaciones se refiere, vamos a ver por encima cuales son los principales cambios estéticos que hacen del Audi Q5 un SUV todavía más atractivo si cabe (y no era precisamente poco agraciado, no).
Rediseño
Aún sin ser un gran admirador de los vehículos sobreelevados, en este caso los SUV, he de admitir que hay algunos cuyo diseño me resulta ciertamente atractivo. El Audi Q5 me pareció en su día el más bonito, por su claridad de líneas. A día de hoy hay ejemplos quizá más modernos o más agraciados físicamente, y por eso en Audi se han puesto las pilas.
Las modificaciones que más saltan a la vista son probablemente las del frontal. La parrilla Singleframe se ha rediseñado y tiene ahora seis esquinas, el paragolpes es también de nueva factura y las luces LED de marcha diurna (sólo con los faros xenón plus) crean otro dibujo diferente cuando están encendidas (ver foto).
Por detrás, no obstante, también se ha renovado la apariencia de los faros traseros LED y las colas de escape tienen un diseño plano por la parte inferior, salvo en el SQ5, del que hablaremos a fondo más adelante. Todos los motores cuentan con salidas de escape a ambos lados, salvo los diésel de 2 litros, que sólo cuentan con una en el lado izquierdo.
A pesar de los cambios en el diseño, las dimensiones se han mantenido prácticamente idénticas: el Q5 mide 4.629 mm de largo (de los cuales 2,81 metros corresponden a la batalla), 1.898 mm de ancho y 1.627 mm de alto (aquí es donde varía un poco, siendo el nuevo más bajo que su antecesor). Audi ofrece para el Q5 llantas de entre 17 y 20 pulgadas (en función de la versión), siendo estas últimas opcionales, en cualquier caso.
La paleta de colores de carrocería cuenta con quince opciones entre colores sólidos, metalizados y con efecto perla. De cualquier manera, el cliente puede elegir cualquier color que quiera gracias al programa Audi Exclusive. Además, como es habitual, hay paquetes exteriores como el S-Line, para una mayor deportividad, o el Off-Road, que aporta al Q5 un aspecto más campero.
Ya en el interior nos encontramos con elementos que también son nuevos, o al menos diferentes a los de antes, como los volantes (hay dos diseños, de tres y cuatro radios, según versión), las palancas de la columna de dirección, las agujas de los relojes, el botón de arranque o los mandos del navegador.
Entre la oferta opcional encontramos asientos eléctricos, que también pueden ser calefactados y ventilados, inserciones de aluminio o madera (hay tres tipos diferentes) e incluso portabebidas climatizados en el túnel central, que permiten elegir si queremos que la bebida se mantenga fría o caliente.
Audi destaca la oferta de colores para diferentes elementos del interior (negro, marrón, gris, dos tonos de beige…), incluidas las tapicerías, dentro de las cuales también hay diversas opciones: cuero nappa, cuero milano, combinación cuero/alcántara…
Por último queda hablar del maletero, que tiene una capacidad de 540 litros y cuenta de serie con una red divisoria, ganchos, argollas y una toma de corriente de 12V. La marca asegura que caben sin problema cuatro bolsas de golf; ni que fuera el baremo estándar para diferenciar maleteros o hacernos una idea de su tamaño. Y maletas de viaje ¿cuántas caben? Debe ser mi culpa, que no juego al golf.
Abatiendo los asientos se consigue un volumen de carga de 1.560 litros y opcionalmente se ofrece un set de fijación con raíles y red que nos permite asegurar la carga. En el caso de una de las unidades de prueba que condujimos, el portón era automático y equipaba el kit de fijación (en la imagen).
Motorizaciones
Vamos ya con lo que no se vé, las modificaciones que afectan a los diferentes propulsores de la oferta, que como hemos dicho, se benefician todos de sobrealimentación, inyección directa de gasolina y sistema de arranque y parada del motor.
Para empezar, la gama de gasolina cuenta con el archiconocido 2.0 TFSI, aunque con cambios importantes para ofrecer una potencia de 225 CV y un par máximo de 350 Nm. Combina inyección directa e indirecta y se beneficia de un sistema de alzado variable de válvulas.
El turbocompresor tambíen es de nuevo diseño y el colector de escape está integrado en la culata, algo que Audi asegura que reduce la temperatura de los gases de escape y beneficia el consumo cuando le exigimos al motor. Homologa un consumo medio de 7,6 litros a los cien kilómetros y acelera de 0 a 100 km/h en 7,6 segunds.
El siguiente escalón en la gama gasolina es un 3.0 TFSI de seis cilindros en V y 272 CV que sustituye al 3.2 litros atmosférico. Genera un par motor máximo de 400 Nm y consigue acelerar al Q5 de 0 a 100 km/h en 5,9 segundos. El consumo medio es de 8,5 litros a los cien kilómetros. Durante la rueda de prensa nos dijeron que todos los motores llevaban turbo, pero resulta que este 3.0 TFSI está sobrealimentado por compresor volumétrico.
Si pasamos a los diésel encontramos dos variantes del 2.0 TDI y un 3.0 TDI. El primero se ofrece con 143 CV y consigue un consumo de 5,3 litros y unas emisiones de dióxido de carbono de 139 gramos por kilómetro. El sprint de 0 a 100 km/h lo realiza en unos razonables 10,9 segundos y sigue empujando hasta los 192 km/h.
Por su parte, la segunda variante del 2.0 TDI desarrolla ya 177 CV y aumenta el consumo hasta los 6 litros cada cien kilómetros. De cualquier manera, mejora la aceleración hasta los 9 segundos (con el cambio S-Tronic) y alcanza los 200 km/h.
La estrella de los motores TDI es un 3 litros V6 que rinde 245 CV y 580 Nm de par máximo, acelerando al Q5 de 0 a 100 km/h en 6,5 segundos y llevándolo hasta los 225 km/h. El consumo de combustible es de 6,4 litros a los cien kilómetros.
Las motorizaciones de cuatro cilindros, 2.0 TFSI y 2.0 TDI, equipan de serie un cambio manual de seis velocidades aunque se pueden equipar con un cambio Tiptronic de ocho marchas y un S-Tronic de siete velocidades, respectivamente. Por su parte, el 3.0 TDI viene de serie con la caja S-tronic y el 3.0 TFSI lo hace con el Tiptronic de ocho relaciones.
Como es ya habitual, tendremos que esperar a la siguiente parte para conocer qué tal se comporta el coche en carretera, si las prestaciones de los motores probados están a la altura de las circunstancias y, sobre todo, tener un primer contacto con lo más bestia de la gama Q5, el Audi SQ5 TDI. ¡No te lo pierdas!
Continuará...