
Audi se propuso ganar el Dakar y hacerlo con el primer coche electrificado. Al tercer intento lo consiguió en 2024 con Carlos Sainz y Lucas Cruz, pero las participaciones anteriores fueron determinantes para lograrlo, incluida la primera, en la que el Audi RS Q e-tron acabó la carrera en novena posición.
Esa unidad que llegó a la meta y sentó las bases para hacer un coche ganador debería estar en un museo porque forma parte de la historia de la marca de los cuatro aros, sin embargo, ha acabado en un vertedero ilegal en República Checa.
El final más triste para un coche de competición de primer nivel
Hace unos años, Audi se propuso ganar el Dakar. Como suele ser habitual cuando la marca de los cuatro aros se marca un objetivo en cualquier competición, los de Igolstadt pusieron toda la carne en el asador. Además de fichar a pilotos y copilotos de primerísimo nivel, como Carlos Sainz y Lucas Cruz, desarrollaron un coche muy complejo e innovador: el primer eléctrico de autonomía extendida que participaba en el Dakar.
Este modelo se llamó Audi RS Q e-tron y debutó en el Rally Dakar de 2022. En esa primera participación en la prueba, una de las tres unidades que corrieron, la que conducía Mattias Ekström con el dorsal 224, terminó la carrera en novena posición. Fue el primer coche electrificado con el que Audi terminó el Dakar y también fue el primer paso para que Audi terminara ganando el Dakar con la evolución del RS Q e-tron en el año 2024, con Carlos Sainz al volante.
Ese primer Audi RS Q e-tron que debutó en el Dakar en 2022 fue, por lo tanto, un coche determinante en la historia deportiva de la compañía alemana. Sin embargo, no ha acabado teniendo el reconocimiento que se merecía. Es más, lejos de acabar en un museo o en el garaje de un coleccionista, ha aparecido en un vertedero de República Checa.
Según informa el medio local Seznam Zpravy, a mediados del pasado mes de diciembre varios camiones procedentes de Alemania llevaron más de 210 toneladas de residuos ilegales al antiguo aserradero de Těchanov, situado en la zona protegida del Parque Natural de Sovinecko, en el pueblo de Jiříkov. Entre esas 210 toneladas de residuos, estaba el Audi RS Q e-tron que acabó el Dakar 2022 en novena posición.
"También encontramos una pieza de un coche especial que compitió en el Rally Dakar 2022. Descubrimos que se trataba de un Audi híbrido especial, conducido por Mattias Ekström y Emil Bergkvist, y que en ese momento terminaron en noveno lugar. El desarrollo de este coche debe haber costado millones de euros”, explica la alcaldesa de Jiříkov, Barbora Šišková, en Seznam Zpravy.
#DakarRally: Jiříkov mayor Barbora Šišková with plane parts, a wind turbine, and the hood from Mattias Ekström's Audi RS Q e-tron in her town's (illegal) landfill.
— Justin Nguyen 🏈🏁 (@ZappaOMatic) February 11, 2025
She said Audi paid a German recycling company to dispose the car after the 2022 Dakar Rally and it ended up here. https://t.co/E4VUg8EBEF pic.twitter.com/DgMuxhVW0U
El mismo medio asegura que, según los documentos de envío a los que ha tenido acceso, los residuos proceden de la empresa alemana Roth International y están declarados como plástico, aunque basta con echar un vistazo rápido para darse cuenta de que no solo hay plástico. “Allí encontramos baterías, celdas de batería que pueden ser tóxicas. Y encima dicen que es plástico lo cual es mentira", asegura la alcaldesa Šišková.
Lo cierto es que es difícil de entender cómo puede acabar un coche de competición como el RS Q e-tron, o al menos parte de él, en un vertedero ilegal. Fue un modelo pionero y un coche tecnológicamente muy avanzado, puesto que no tenía nada que ver con el resto de participantes del Dakar y estaba dotado con lo último de Audi, incluidos motores eléctricos que provenían de la Fórmula E y un motor de combustión sacado del DTM.
Las autoridades locales pusieron el caso en manos de la policía y de la Administración Checa, que llevó a cabo una investigación a través de la Inspección Medioambiental Checa, señalando que hay dos culpables: la empresa alemana Roth International y la checa Piroplastik, que organizó el trasporte de los residuos, si bien es cierto que las conclusiones de la investigación no pueden publicarse hasta que lo diga la policía.
"En nuestro nombre puedo afirmar que la empresa Piroplastik ha infringido la Ley de Residuos y, en el marco del procedimiento penal, se enfrenta a una multa de hasta un máximo de 25 millones de coronas (alrededor de un millón de euros)", dijo el director de la Inspección Medioambiental Checa, Petr Bejček, a Seznam Zprávám.
Por su parte, el ministro de Medioambiente checo, Petr Hladík, dice que puede tratarse de un delito más grave: "Existe la sospecha de que en la República Checa se estaban produciendo actividades que mostraban indicios de crimen organizado. Dado que actualmente están siendo investigados tanto por el Servicio de Inmigración checo como por la policía, no es posible proporcionar más detalles”.
En lo que respecta a Audi, según señala la alcaidesa de Šišková, la marca alemana contrató a Roth para deshacerse del coche, por lo que no tendría nada que ver con esta actividad ilegal. Otra cuestión es por qué Audi se deshace de un coche de semejante calibre y no lo guarda como la joya que es: un prototipo de competición revolucionario que, además, tiene un palmarés. Un desguace, sea legal o ilegal, no es hacer justicia a este coche.
Imágenes: Audi