Dicen que está feo hacer leña del árbol caído, que alegrarse de las desgracias ajenas es un mal síntoma, pero si a principios de temporada, alabé a Lewis Hamilton por una carrera excepcional y donde demostró porqué ha llegado donde ha llegado, creo que también es justo hablar de él ahora que está donde está por méritos propios.
Y aprovechando el anterior post, creo que las mismas palabras (o casi) podrían valer para contar lo sucedido este fin de semana en el Gran Premio de Brasil. Digo que es el novato, porque ha sido él el que ha cometido errores de rookie, provocados por el piloto que salía por detrás, Fernando Alonso, con un MP-4/22 que parecía capado.
Primero lo ha demostrado en la salida, metiéndose en una batalla ilógica con los Ferrari, que han hecho una salida de equipo, con los papeles de cada uno definidos con precisión casi quirúrjica, para luego terminar de demostrar que su excesiva ambición y soberbia le han jugado una mala pasada, al calentarsele el morro cuando su compañero de equipo le ha adelantado de forma sublime.
En esa acción ha perdido toda opción de proclamarse campeón del mundo, en detrimento de Iceman, que ha hecho lo que tenía que hacer, sin preocuparse por lo que hacían los demás. El tenía que ganar y lo hizo, del resto ya se ocuparon en McLaren y el propio Lewis Hamilton.
Pero, ¿es todo culpa suya? Ni mucho menos, bastante tiene con ser el mejor novato de la historia, haber acabado como subcampeón del mundo en el año de su debut y de tener que lidiar (con o sin ayudas es tema aparte) con el campeón del mundo hasta el día de ayer, Fernando Alonso.
La culpa la tiene su mentor, su padrino, su jefe de filas, el patrón de su propio equipo, Ron Dennis. Este señor ha demostrado una total incompetencia para lidiar con los dos gallos que él mismo metió en su gallinero. Por un lado, no supo tratar al español como lo que era en el momento de su fichaje, el campeón del mundo. Pero, y creo que esto es aún más grave todavía, tampoco ha sabido gestionar la temporada de su pupilo. En lugar de dejarle un año de aclimatación a la categoría reina, se empecinó en conseguir a toda costa y cualquier precio que el genial piloto inglés se proclamase campeón de la Fórmula 1 en su primer año con la superlicencia en el bolsillo.
Dejar que toda la presión cayese sobre él, en la última carrera, con el título en juego, y con el aliento de dos grandes de la F1 contemporánea como lo son Fernando Alonso y Kimi Raikkonen a su espalda, es demasiada presión para un novato. Durante toda la temporada Hamilton ha demostrado ser un fuera de serie, pero cuando la presión ha llegado, los errores de novato le han hecho perder el campeonato. Y repito, bastante ha hecho con lo que ha hecho, hay que recordar que sólo es un novato (en el mejor sentido de la palabra).
Si en lugar de eso, el patrón de su escuderia le hubiese relegado al papel de segundón, dejando que se aclimatara a la categoría y al coche, el año que viene hubiesemos visto a un Hamilton campeón del mundo, arrebatándole el título de campeón más joven al asturiano. Digo hubiesemos, porque si el error del GP de China le ha pasado factura, perder el mundial en la última carrera con un fallo infantil puede marcar a más de uno, Hamilton incluido.
No es que me alegre de su derrota, pero sí me alegro de que el ganador con toda esta serie de infortunios sea la Fórmula 1, un deporte mermado esta temporada por todo tipo de sanciones, no sanciones, polémicas, espionajes y demás basura que lo habían manchado hasta tal punto que al final de cada carrera, se hablaba más de todo lo que sucedía al finalizar esta, que de la carrera en sí.
Y por último, también me alegro porque el asfalto del circuito es justo y pone a cada uno en su sitio. Repito, no me regocijo en el infortunio de Hamilton, pero sí lo hago por la incompetencia de Ron Dennis. ¿No querías igualdad? Pues toma, tus dos pilotos con 109 puntos en la clasificación y ninguno de ellos con el título de pilotos en sus manos. Apostar por un potrillo teniendo en el mismo establo un caballo ganador tiene sus consecuencias, y la más lógica es la que ha pasado, que te quedas con dos palmos de narices.
Vía | Racingpasion
En MotorPasion | Hamilton no es el novato