Ayer al pasar por la gasolinera vi algo que a estas alturas ya no debería sorprender a nadie: el precio del combustible había subido un céntimo. Es sólo una excusa para contar un pequeño cuento que me pasa hace tiempo por la cabeza.
Habitualmente siempre pongo combustible en la misma gasolinera, de Repsol, porque es la que me queda más a mano. Hasta hace unos meses sólo se podía salir de esa gasolinera hacia una vía de servicio, y para tomar otra dirección había que seguir la vía de servicio hasta una rotonda y dar vuelta. Lo interesante del asunto es que ahora han hecho otra gasolinera, de Repsol también, en esa rotonda, es decir, casi te encuentras con dos gasolineras Repsol contíguas.
Hasta aquí no hay ningún problema, la indignación llega cuando alguien como yo que de economía sabe lo justo mide la rentabilidad de un negocio por la cantidad de establecimientos que hay, y es tan iluso que piensa que la competencia beneficia al consumidor. Para mi la nueva gasolinera tiene un mensaje claro: esto es tan rentable que podemos abrir dos negocios iguales a 500 metros y seguir ganando dinero.
Eso sí, que haya más establecimientos no implica que el precio vaya a bajar. Irónicamente comentaba con un amigo que recorriendo Galicia varía más la constante de aceleración de la gravedad que el precio de la gasolina. ¿Culpa de las petroleras, de las gasolineras, del gobierno?
La consecuencia es que ahora veo mi coche con otros ojos. Voy a describir el salpicadero: en el centro tiene dos esferas grandes, la primera indica los euros que estoy gastando en ese mismo momento (medidos en rpm), y la segunda indica un alto consumo de euros por kilómetro (si está muy baja) o un alto consumo en euros y puntos en forma de multa (si está muy alta). Esta información la da en km/h.
También tiene una pequeña pantallita que me amarga con el precio por viaje (medido en litros a los 100). Después hay otros dos marcadores, uno indica lo que me falta antes de pasar por caja y tiene el símbolo de un surtidor, el otro mide ºC y ya no recuerdo para qué sirve. Ya no veo mi coche con los mismos ojos.