Volkswagen Passat Variant Bluemotion, prueba (parte 1)

Cuando Volkswagen anunció las bondades de sus modelos de bajo consumo, Bluemotion, sabía que tenía que hacerme con uno. El primero en caer fue el Passat Variant, la carrocería familiar. Se trata del modelo más caro y “gastón” de toda la gama Bluemotion, ¿será verdad eso de 5,2 l/100 Km? Lo veremos, lo veremos.

El Passat Bluemotion se basa en la versión básica de la gama, Trendline, que ya no se vende. Antes de pasar a comentar su mecánica, como siempre, empezamos por el envase:

Exterior

El familiar alemán mide 4.774 milímetros de largo y es un poco más alto que la berlina. Debido a su tamaño y maniobrabilidad, es un poco aparatoso para estacionar en plazas estrechas, además la asistencia mediante sonido no viene de serie. Cuando el portón trasero está extendido, no alcanza una altura excesiva, aunque conviene tener cuidado en ciertos parkings.

Se identifica enseguida por las insignias “Bluemotion” en la parrilla y el portón. Entre su equipamiento de serie se incluyen las barras de equipaje en el techo (elemento que no contribuye a bajar el gasto), la parrilla cromada y las llantas de aleación de 16 pulgadas. Exteriormente queda un poco simplón al tener los bordes de las ventanillas en negro, así como las barras. Lo que no tiene son antinieblas delanteros (la ficha dice que sí).

Los neumáticos Continental PremiumContact2 tienen un compromiso excelente entre resistencia a la rodadura y prestaciones, tanto en seco como diluviando. Eso sí, ni idea de cuánto duran o su relación de precio con sus rivales. Me parecen un acierto por parte de Volkswagen, y la rueda de repuesto es del mismo tamaño, solo que en llanta de acero.

Esta unidad tiene el paquete “CO2 Neutral”, por la insignia de los laterales. Significa que se han plantado árboles para contrarrestar sus emisiones durante x kilómetros. Hablando de esto, tiene filtro de partículas en el escape, con lo que es menos nocivo para el medio, aunque no superaría la normativa Euro V.

Interior

El Passat Bluemotion es simple, pero tampoco demasiado. Me parece preferible al Golf Variant Advance en multitud de aspectos. La calidad del acabado es buena, pero tiene algún fallito que otro. Por ejemplo, el interior del portagafas no tiene suelo de goma, de serie el volante es de plástico y las alfombrillas no se sujetan con NADA, van sueltas.

El habitáculo es razonablemente amplio, cuatro adultos viajan con comodidad, aunque en las plazas traseras es mejor que midan un poco menos de 2 metros. La quinta plaza es utilizable en cuanto a comodidad (a pesar de ser abatible), pero mejor para niños, el túnel central es un poco voluminoso. En la puerta del conductor hay un espacio reservado para un paraguas pequeño, accesible al abrir la misma.

En cuanto al conductor, tiene ajuste eléctrico parcial para el asiento, el volante es muy regulable y encontrar una postura cómoda al volante es fácil. He hecho muchos kilómetros con este coche y aguanté mejor que en otros similares distancias largas. No tiene freno de estacionamiento de toda la vida, es eléctrico. Sin embargo, no es tan automático como los Renault Megane, a veces se quita solo, a veces no.

La tapicería de serie coge polvo con mucha facilidad y el mullido es confortable. Por la forma de los asientos, la sujección lateral es más que suficiente para conducir de forma tranquila y dentro de los límites de velocidad; en las plazas traseras no sujeta mucho, pero permite más comodidad a tres pasajeros.

La guantera está refrigerada y no perdemos espacio útil por las instrucciones del coche, tienen su propio compartimento. Los posavasos de la parte delantera no me convencen mucho si usamos botellines de 50 cl (no se agarran bien) y el fondo se ensucia con facilidad si nos gotea un refresco con azucar. También hay que comentar que los huecos de las puertas traseras son pequeños y de formas irregulares.

El Passat Bluemotion ofrece un nivel de confort acústico superior al del 1.9 TDI normal, ya que el motor gira más bajo de revoluciones. En autopista a 130 Km/h de crucero la sonoridad es muy moderada y para nada molesta. La climatización es bizona con A/C y dispone de salidas de aire para las plazas traseras.

La suspensión, aunque está endurecida respecto al Trendline, no supone el menor problema en comodidad, si eso se puede notar para mal en asfaltos que necesiten una jubilación urgente. Las vibraciones del motor sólo molestan cuando arrancamos en primera, dando un leve temblor, en un SEAT Altea se nota mucho más.

En cuanto al espacio de carga, tiene 603 litros si no abatimos los asientos traseros (en ese caso 1.731 litros). En la fotografía no se ven abatidos al 100%, pero pueden formar una superficie plana a costar de quitar espacio útil a los asientos delanteros. Se pueden llevar esquís u objetos largos a través de la comunicación con el habitáculo inutilizando la plaza central.

Hay enganches para colocar la típica red portaobjetos, también se pueden enchufar algún dispositivo en una toma de 12V, por ejemplo una nevera. Además, los propietarios de perros podrán llevar a su mejor amigo en la parte trasera sin ningún problema. Para finalizar, la cortina que cubre el espacio de carga no se soltó ni una sola vez en 21 horas de conducción, eso sí sucede en un A4 Avant de la generación saliente.

Esto es todo por ahora, mañana más.

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