Volkswagen Clean Diesel: ahora la demanda es por publicidad engañosa

¿Recuerdas cuando Volkswagen vendía sus TDI como Clean Diesel? En Estados Unidos lo tienen muy presente. Las actuaciones de la Agencia de Protección Medioambiental (EPA) contra Volkswagen arrancaron, precisamente, de una promesa incumplida: la garantía de unos niveles de óxidos de nitrógeno que, fuera de las pruebas estandarizadas, no se cumplían. Y eso sólo fue el principio.

Estados Unidos es un mal lugar en el que hacer publicidad de algo que no se corresponde con la realidad. Ford y Hyundai lo saben muy bien. Por eso, no es de extrañar que ahora la Comisión Federal de Comercio (FTC) esté persiguiendo a los tribunales para que estos obliguen a Volkswagen a compensar económicamente a los consumidores afectados por el fraude de los NOx.

Mucho dinero, pero no sólo dinero

A la acción de la EPA y del Departamento de Justicia se suma ahora la acción de la FTC, y se prevé un castigo económico monumental, al menos de cara a la galería.

Los receptores de la compensación, cuya cuantía aún no ha sido confirmada, serían los propietarios y arrendadores de vehículos Volkswagen y Audi afectados por el fraude entre finales de 2008 y finales de 2015. La suma de la sanción por motivos medioambientales y la sanción por posible fraude bancario ya se acerca a los 46.000 millones de dólares. Cuando se dé a conocer la cantidad que debería pagar Volkswagen por publicidad engañosa, lo más seguro es que todo acabe en algún tipo de acuerdo. Sería o eso, o dejar caer al 2,7 % del PIB alemán.

Por otra parte, la FTC espera que los jueces sentencien de manera que se impida que Volkswagen vuelva a utilizar esos engaños como estrategia de marketing. Es lógico desde dos puntos de vista. Uno es el que tiene que ver con la prevención, y es absolutamente esperable, pero el otro habla de un trasfondo mucho más amargo para la firma de origen alemán. La bofetada que ha supuesto el engaño de los NOx va mucho más allá de lo que dijo Michael Horn al verse al descubierto. No sólo la han cagado por completo, como dijo Horn textualmente, sino que van a pasar años hasta que en Estados Unidos dejen de ver la mancha y dejen de oler el resultado de esa... cagada. Con perdón.

De hecho, el punto del engaño es el que centra ahora el debate en Estados Unidos. Los Volkswagen Passat, Jetta y Touareg, y también varios modelos de Audi que ahora están marcados como fraudulentos, se utilizaron como reclamos publicitarios durante años, y a menudo lo hicieron apelando a los clientes con conciencia medioambiental. Unos clientes que, por cierto, son altamente pasionales. Del amor al odio, en un simple pero firme paso.

Las formas de la demanda son, en consecuencia, duras con la automovilística.

Durante todo el tiempo al que se refiere esta demanda, actuando en solitario o en concierto con otros, Volkswagen América ha anunciado, comercializado, puesto a la venta, vendido, ofrecido en arrendamiento, arrendado, y distribuido vehículos a los consumidores de todo Estados Unidos, incluyendo varias marcas y modelos de vehículos diésel comercializados como "Clean Diesel" (...) Según la documentación de estrategia de marketing de Volkswagen América, uno de los "mensajes clave" que se pretendía transmisir por medio de la palabra "limpio" era que los Clean Diesel producían unos niveles de NOx reducidos en un 95 %.

Clean Diesel: de mito 'confirmado' a mito 'cazado'

En Jalopnik han rescatado del baúl de los recuerdos una parte del programa 'Cazadores de mitos' correspondiente al año 2009, donde los presentadores Grant Imahara, Kari Byron y Tory Belleci demostraron que los diésel eran tan limpios como aseguraban sus fabricantes.

Lo hicieron a lo mythbusters: poniendo un Volkswagen Jetta TDI a rodar en un banco de trabajo, para medir sus emisiones. Y, sí, al parecer el coche detectó el protocolo de medición e hizo trampa. Lo que entonces quedó como confirmado ahora sería un cazado. O algo así. La verdad es que los vídeos de 'Diesel Diaries' que han sobrevivido son dignos de un anuncio de Teletienda:

Todavía quedan muchos episodios pendientes de este pequeño gran culebrón que mezcla todo tipo de pasiones industriales. Hay un componente de fidelidad, hay un componente de dinero, hay un componente de salud, hay un componente de amor por la marca, incluso todo esto da para un conflicto internacional entre potencias económicas... Sin duda, el día que alguien compre los derechos para hacer de esta historia un thriller socioeconomicopolítico, reventará las taquillas de los cines. Tiempo al tiempo.

Mientras, en Europa... nada. Pero eso ya era previsible.

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