Alguna que otra vez algún camión se mete por debajo de un puente y su altura no se lo permite. Muchas veces no tiene más consecuencias que un atasco para sacarlo. Lo más extraño, sin embargo, es que ocurra con un tren.
En principio, las dimensiones, peso, trayecto y demás variables de un convoi se toman en cuenta a la hora de formarlo. Esta vez, no. Y el resultado son vagones abiertos cual latas de atún y cientos de Ford destrozados por valor de dos millones de dólares.
El incidente tuvo lugar en Memphis (Tennessee, EE.UU.) a principios de esta semana. Un tren que tiraba vagones de la Norfolk Southern y Canadian Pacific Railway se encontró con un puente que simplemente era demasiado bajo para que pudiese pasar por debajo sin daños.
Frenar un tren lleva más tiempo que con un camión
Los trenes en general y sobre todo los de mercancia norteamericanos -que pueden llegar a medir varios cientos de metros de largo- no se detienen con la misma celeridad que un coche o incluso que un camión.
Cuando el maquinista se dio cuenta que el puente estaba abriendo sus vagones como si fuesen conservas frenó, pero de ahí a que el tren se detuviera, varios vagones y su mercancía fueron dañados.
Dentro de los vagones, varias unidades de Ford Explorer y Lincoln Nautilus, así como otros modelos de** Ford fueron aplastados o abiertos por el techo** como los propios vagones.
Los coches venían de varias fábricas (Chicago, para los Ford Explorer u Ontario, Canadá, en el caso de los Lincoln Nautilus) para su dsitribución en la Costa Oeste. Los daños de los coches alcanzan la friolera de los dos millones de dólares.
La causa exacta de este accidente aún no se ha determinado ni revelado. Mientras, muchos clientes verán la entrega de su coche bastante retrasada.
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