En ocasiones pasan estas cosas. Tú estás tan tranquilo, aguardando en un Stop o en un semáforo tu turno para girar hacia la izquierda, observas el tráfico que te viene de frente... y de repente, sin saber cómo ni por qué, te conviertes en gente con mucha suerte.
¿La razón de todo esto? Vaya usté a saber. Lo mismo la falta de mantenimiento... o un conductor excesivamente celoso del carácter urgente de sus misiones al volante. Todo sucede tan rápido, que nada queda en absoluto claro:
De la retahíla que sueltan los ocupantes del coche, no sé entender ni una coma. Sólo pillo un tal "stó, stó, stó", y luego un tragicómico "¡zasca, zasca!" que finalmente no se convierte en un ídem porque el conductor consigue desviar el coche, de manera que el camión de bomberos pasa de largo. Respiremos.
Vídeo | Patricia Douglas. ¡Un saludo para peter-pep! En Motorpasión | Hay gente con mucha suerte (archivo)