Curva abierta repletita de agua, un Audi TT Quattro y un BMW Serie 3 Compact de propulsión (tracción trasera), gas mal dosificado y un resultado doloroso. Uno pasa como si nada, y el otro pierde el control en fracciones de segundo. Es difícil valorar la experiencia de los dos conductores dada la brevedad de la secuencia, pero desde luego se nota la diferencia.
Cuando las condiciones de la carretera se endurecen, tener tracción integral es toda una garantía, cuando lo compruebas en persona, ya te lo crees mejor. Los fanáticos de los benitos y los Odies ya podeis seguir con el flame de propulsión versus tracción integral.
Gracias a Marcos por el vídeo.
Fuente | Youtube
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