Hemos visto restauraciones de todo tipo: a coches abandonados, clásicos deportivos que han vuelto a la vida... pero ninguna de un coche de juguete. Los Hot Wheels se han convertido en un preciado objeto de coleccionista (¿recuerdas aquella caravana Volkswagen de 150.000 dólares?) y en protagonistas de espectaculares películas repletas de efectos especiales y saltos acrobáticos. Y también son objeto de restauraciones.
Motor 1 nos trae el vídeo de una restauración que parece imposible: una empresa especializada en vehículos reales se ha puesto manos a la obra con un Camaro de 1968 de juguete al que el paso de los años no ha tratado muy bien.
Nivel máximo de paciencia
Si tenemos en cuenta que se trata de un juguete que costó en su tiempo un par de dólares (tal y como desvela el locutor del vídeo), con el capó roto y que está cubierto de óxido y golpes, lo de proceder a restaurarlo suena a tarea que te plantearías únicamente en el caso de ser un gran aficionado con altas dosis de paciencia y maña.
Redline Restoration, una empresa conocida por la restauración de coches clásicos reales, se hizo cargo de la tarea. El primer paso es separar el cuerpo del modelo de su chasis, y despojarlo de su pintura original, azul y desconchada.
Ambas partes se sumergen en un vaso lleno de ácido fosfórico al 75 % durante unos segundos para eliminar la mayoría de la oxidación, y después se pule el metal. Cuando termina el proceso, el cuerpo parece que casi acaba de salir de la línea de montaje.
Tras 15 minutos de aplicar crema pulidora
El siguiente paso es pintar el coche, para el que se han elegido meticulosamente los colores: negro para el techo, morado para el cuerpo. Para ello, el restaurador se asegura de que Hot Wheels haya pintado con ese color el Camaro de juguete en algún momento de la historia (ojo a los precios que aparecen en libro que consulta).
Después se deja secar durante dos días enteros. Pero la cosa no acaba aquí, ya que hasta se reemplazan las ruedas y se repara el parabrisas a base de frotar con un producto específico.
The final result
Por si no has tenido suficiente, aquí va el vídeo entero. La monótona voz del locutor y el hecho de que estés viendo cómo se restaura un coche tan pequeño forman el combo perfecto para convertirlo en un vídeo hipnótico. No te preguntes por qué lo estás viendo, solo disfruta.