El Daihatsu Copen es uno de esos coches que responden a unas necesidades específicas en el mercado japonés. Enclavado dentro de los kei-car con un tamaño inferior a 3,5 metros de longitud y motores con límite de 660 centímetros cúbicos. Pero el tamaño no tiene que estar reñido con el estilo de cada conductor y menos aún en el país del sol naciente.
Este pequeño roadster de serie que exime a sus propietarios de poseer una plaza de garaje en las grandes ciudades es un coche cool a escala, pero Liberty Walk le ha metido mano para parecerse a su alter ego, el Nissan GT-R, llevando un paso más lejos la popular personalización sobre este kei-car.
Poco más de 3.000 euros por un Nissan GT-R a escala
A los chicos de Liberty Walk ya les conocemos. Suyas son innumerables personalizaciones nada discretas sobre McLaren, Ferrari, Lamborghini o BMW entre otras muchas marcas, con unos kits de ensanche de carrocería descomunales, suspensiones rebajadas a la mínima expresión y enormes alerones.
El pequeño Copen tras pasar por las manos del taller japonés ha dejado a un lado su apariencia entrañable para convertirse en una pequeña fiera de aspecto siniestro con los rasgos del Nissan GT-R implementados a escala en su carrocería XS.
El frontal es igual al del deportivo de Nissan con los mismos faros, la misma parrilla y las tomas de aire y luces de día a escala, además de un marcado splitter delantero y un musculoso capó. Los pasos de rueda se han sobredimensionado para albergar unas nuevas llantas de aleación a juego con la carrocería.
En la parte trasera la propuesta de Liberty Walk tiene más diferencias con respecto al GT-R ya que los faros son totalmente distintos, de formas poligonales. Por arriba destaca un enorme alerón fijo y por debajo un difusor integrado con cuatro salidas de escape a lo Godzilla, mientras que la configuración de techo rígido plegable se mantiene.
El kit de carrocería completo según la web de Liberty Walk cuesta 3.155 euros al cambio. Un precio incluso barato para las millonadas que los japoneses llegan a gastarse en personalizar sus coches. A este precio habría que sumar también el coste del Copen y algunos accesorios que van aparte, como las llantas.