Cuando nos movemos, el aire ofrece resistencia a nuestro movimiento. Cuanto mayor es nuestra superficie, mayor es esa resistencia. El ejemplo más claro es intentar caminar un día de viento con un paraguas abierto hacia el viento.
Los coches se diseñan de forma que esta resistencia sea lo menor posible, para mejorar el comportamiento, reducir el consumo, etc. También se busca mantenerlos pegados al suelo, lo que mejora su estabilidad, por eso a los coches que pesan poco o van a altas velocidades se les pone un alerón atrás.
Sin embargo, es importante colocarlo de forma que reduzca la resistencia y pegue el coche al suelo, por ello deberemos tener cuidado de no colocar un alerón al revés.
Vía | autoblog.com