El smart fortwo se concibió como un vehículo puramente urbano que, gracias a sus reducidas dimensiones, era capaz de desenvolverse con soltura entree el tráfico de las grandes ciudades y aparcar en sitios mucho más pequeños. Pero parece que no son las cualidades que Georgiy Kosilov buscaba para su pequeño smart...
Así que se puso manos a la obra para convertir su fortwo en un todoterreno. Para ello no sólo invirtió tiempo y dinero, también piezas de Mitsubishi, Volkswagen y Honda. El resultado es sorprendente y, aunque no tenga tracción total, deja en ridículo a cualquier SUV. Eso sí, a base de coger carrerilla y beberse los embragues.