Presentación: Nissan X-Trail (parte 1)

Hace escasas horas he asistido a una presentación del Nissan X-Trail en el Pirineo Aragonés, en la que he podido probar el motor 2.0 dCi de 150 CV con la transmisión automática y el sistema “All Mode 4x4i” en condiciones normales y muy exigentes: nieve/hielo. En primer lugar os comento mis impresiones generales y sobre carretera, después en nieve/hielo.

El X-Trail es un SUV compacto y debo reconocer que antes de sentarme al volante estaba lleno de prejuicios sobre él que he ido perdiendo según lo he ido probando. Al final, la impresión que tengo del coche es muy satisfactoria. Tuve de compañera a una periodista murciana de mi quinta; mientras ella conducía fui tomando nota de algunas cosas. A mitad de camino, nos cambiamos.

En autopista, el X-Trail es más silencioso de lo normal para un SUV, entre 120 y 140 Km/h la sonoridad es reducida, tanto por motor como por ruedas o aerodinámica. La suspensión parece ligeramente rebotona en algunos momentos, cuando la calidad del firme no es óptima y en juntas de tramos. Con buen firme, es muy agradable. Mi impresión como pasajero era buena, iba cómodo y relajado, como en una berlina de las buenas.

Me fijé en la calidad de los materiales, así como los ajustes. Todo me pareció muy bien hecho, además, noté que los plásticos de la mitad superior del salpicadero eran blanditos e incluso con un tacto agradable (tomen nota C-Crosser, 4007, Outlander…). Hay diversos compartimentos portaobjetos y soluciones prácticas como una guantera enorme o aireadores traseros.

La ergonomía también es satisfactoria: el volante se regula en altura/profundidad, los mandos se localizan fácilmente y el interior no es para nada soso. Para cambiar las funciones del ordenador de viaje, hay que meter la mano por dentro del aro del volante (está en el tablero de instrumentos) y eso no mola nada. Detallito: la alerta de riesgo de hielo es tan sutil que ni te enteras.

Al ponerme al volante, pude contrastar con mi improvisada compañera que el coche va muy pesado, el motor de 150 CV en cuesta ascendente va un poquito justo, y el rendimiento no es para tirar cohetes. El ordenador marcaba una media en torno a 10 litros a los 100 Km, y eso para un SUV me parece elevado, aunque hablemos de un automático. No sé lo que gasta el 2.5 gasolina, pero no creo que baje de 12-13 litros.

De esta caja hay que comentar que es Proactiva, condiciona su respuesta a cómo se está conduciendo (pisada de acelerador, pendiente real, velocidad…) y lo cierto es que se acaba notando, la caja “sintoniza” con el conductor aunque no todo lo que desearía. Es de engranajes epicicloidales y de funcionamiento suavísimo, la única pega que he encontrado es que en modo secuencial el kick-down no funciona: malo para adelantar, mejor confiar en el modo automático.

Hago un inciso para comentaros la versión manual, que utilicé unos segundos. Fue suficiente para comprobar que la palanca tenía un tacto agradable, directo y preciso, me gustó. El tacto del embrague se pilla con facilidad y es muy fácil de conducir. Seguimos con el automático en carretera…

En frenadas a fondo nos dimos cuenta que el tacto del freno era un poco duro, y que una persona poco acostumbrada no va a aprovecharlo totalmente. Subjetivamente, el coche frena bien, pero no tuvimos forma de medirlo. En condiciones de uso medianamente exigente, en descenso leve y a una velocidad de 100-130 Km/h los frenos no acusan fatiga alguna, utilizándolos racionalmente.

Desconociendo la funcionalidad de sistema de tracción del coche y siendo ya víctimas de un repentino mal tiempo, con niebla, 3-4º y lluvia, el ritmo fue normal y al trazar todas las curvas del recorrido, no notamos el menor indicio de inestabilidad, de hecho, íbamos más tranquilos de lo que cabe esperar. Da confianza al pasaje.

El nivel de confort que ofrece el X-Trail es bastante notable, incluso cuando la carretera se tuerce. No quise forzar dadas las condiciones, pero parecía capaz de mucho más. De hecho, la sujección lateral de los asientos delanteros es mejor de lo que cabe esperar en un SUV y es eficaz. Cuando supe lo que producía tal estabilidad, todo adquirió sentido. Os lo explicaré más adelante.

En otro trayecto, con mejores condiciones visuales y ambientales, nos cercioramos de que la respuesta del coche en curvas a un ritmo superior al normal es estupenda, claro que entonces ya sabíamos de qué iba la historia. Probándolo en curvas en apoyo lateral (aunque sin ir al límite) la carrocería apenas balanceaba, y el control de estabilidad estaba todo el rato de “brazos cruzados”. Sinceramente, no me lo esperaba.

En pocas palabras, a nivel dinámico la respuesta de este SUV está más cerca de un BMW X3 (aunque este tiene un tacto más deportivo) que de un Kia Sorento. Estable y eficaz como pocos, aunque el rendimiento mecánico no es apabullante ¿En qué consiste el sistema de tracción del X-Trail? Míralo en la segunda parte.

Continuará...

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