Hace tres años que Rolls-Royce, vía su máximo dirigente, Torsten Müller-Ötvös, hizo público que lanzarían al mercado un SUV. Uno que estaría por encima de los Range Rover, Mercedes Clase G y Bentley Bentayga. Sin embargo, hacía tiempo que la clientela de la venerable marca inglesa pedían un SUV. Y hoy ya lo tienen. Así es el Rolls-Royce Cullinan.
El Rolls-Royce Cullinan quiere ser el mejor y el más lujoso de los SUV del mercado. En ese sentido, su nombre no es una casualidad. Cullinan es el diamante más grande jamás encontrado, fue en Sudáfrica hace más de un siglo y forma parte actualmente de las joyas de la corona británica. Cuando Rolls-Royce bautiza su coche con el nombre de Cullinan no es una declaración de intenciones, es un aviso a navegantes.
El Cullinan es más que un simple Rolls-Royce elevado, es un auténtico todoterreno (capacidad de vadeo de 540 mm, por ejemplo) que lleva los conceptos tradicionales de Rolls-Royce (potencia, lujo y confort extremos) hasta nuevos territorios. Para la marca, el coche te llevará sin esfuerzo a cualquier sitio, aunque no haya carretera o pista.
En los 112 años de historia de la marca, es la primera vez que Rolls-Royce fabrica un todoterreno (si exceptuamos algunos vehículos militares) y también la primera vez que propone la tracción integral en uno de sus modelos.
El SUV más lujoso y también el más imponente del mercado
El Cullinan está basado en la plataforma “Architecture of Luxury” desarrollada ex profeso para los modelos de la marca. Si bien en el Rolls-Royce Ghost se emplean muchos elementos del BMW Serie 7, la marca prefirió desarrollar su propia plataforma para los nuevos modelos. Así, el nuevo Phantom y el Cullinan comparten esa versátil plataforma que ningún otro modelo del grupo BMW fuera de Rolls-Royce podrá usar (el próximo será el nuevo Ghost).
Aunque el Cullinan sea 400 mm más corto y 200 mm más alto que el nuevo Phantom 8, es un coche definitivamente imponente. Mide 5.341 mm de largo por 2.164 mm de ancho y 1.835 mm de alto. Es decir, es 20 cm más largo que el Bentley Bentayga y 35 cm más largo que el Range Rover LWB (de chasis largo).
Tiene una distancia entre ejes de 3.295 mm (30 cm más larga que en un Bentayga), lo que deja augurar un espacio interior sin rivales. Los Rolls-Royce no son coches ligeros. Y con 2.660 kg, el Cullinan es el más pesado de la marca. Pesa 100 kg más que el Rolls-Royce Phantom 8 y 200 kg más que el Bentley Bentayga.
Las suspensiones del Cullinan son las mismas que en el Phantom 8: independientes a las cuatro ruedas con doble paralelogramo delante y multilink detrás con amortiguación neumática y barras estabilizadoras activas. La principal diferencia está justamente en los amortiguadores neumáticos, albergan un mayor volumen de aire para permitir un recorrido de la suspensión más grande y por ende ofrecer más confort en una pista de tierra, por ejemplo.
Tracción integral y V12 de 6,75 litros para el Cullinan
La transmisión integral permanente (tiene un reenvió a las ruedas delanteras destrás la parte trasera de la caja de cambios) carece de reductoras. Y es que entre la caja de cambios ZF de 8 relaciones, el par motor a bajas vueltas del V12 (850 Nm a 1.600 rpm) y la gestión electrónica del conjunto, los ingenieros consideraron que sería un elemento redundante.
El conductor puede accionar el botón "off-road" (que en Rolls-Royce llaman "Everywhere") y que equivale al modo todoterreno automático. Gestiona 12 elementos del motor, transmisión y suspensión para salvar cualquier obstáculo. También puede seleccionar los modos “nieve”, “arena” y “rocas”, por si fuese preciso.
El motor no podía ser otro que el V12 de 6,75 litros de cilindrada, como marca la tradición, y que desarrolla 571 CV a 5.000 rpm. Entrega un máximo de 850 Nm desde tan sólo 1.600 rpm. La marca no habla de prestaciones, como el 0 a 100 km/h (un Phantom 8 de batalla corta y 100 kg menos que el Cullinan, lo hace en 5,1 segundos), pero sí desvela que tiene una velocidad máxima de 250 km/h autolimitada.
La marca también desvela el consumo medio homologado provisional de 15 l/100 km y emisiones de CO2, medidas también provisionales, de 341 g/km. De todos modos, para el cliente final, es algo irrelevante.
El peso de la tradición en el diseño
Estéticamente, el Rolls-Royce Cullinan se mantiene en una línea conservadora con el resto de la gama. El peso de la tradición es más importante en Rolls-Royce que en cualquier otra marca. Incluso la zaga, el aspecto más disruptivo con la tradición, es para Gilles Taylor (el jefe del diseño en Rolls-Royce) un elemento de tradición.
Si bien en apariencias es la clásica carrocería familiar de un SUV, con su portón trasero de doble hoja a lo Range Rover, su diseño es en realidad un homenaje a los Rolls-Royce “D-back” de los años 30, como el Phantom II 40/50 HP Continental Sports Saloon de 1934, en los que el maletero era una protuberancia en la zaga.
El verdadero lujo está en los detalles que no se ven
El interior es muy similar en su diseño al del Phantom 8, con formas sencillas y un salpicadero casi depurado para tratarse de un Rolls-Royce. Evidentemente, es personalizable hasta casi cualquier extremo.
Pero el verdadero lujo del Cullinan está en otros aspectos, como el propio coche que baja 40 mm cada vez que lo abres, ya sea con la llave o tocando una de las manecillas de las puertas, para que puedas acceder a él sin esfuerzo. Y vuelve a subir cuando arrancas.
Otro elemento lujoso se aprecia al abrir el portón de doble hoja motorizado. Rolls-Royce ha previsto un baúl opcional para actividades recreativas. En él puedes guardar cualquier objeto o herramienta que necesites para tus hobbies, ya sean carreras de drones, ir de caza o bien dos sillas y una mesa para tomar un cocktail al atardecer contemplando desde un cerro tus minas de diamantes en Sudáfrica.
¿Y qué me dices de la tecnología? Equipa todas las ayudas a la conducción actualmente disponibles en el grupo BMW, cámaras de visión 360º, cámara de visión nocturna y puntos de acceso wi-fi.
Para los que se preguntan por qué Rolls-Royce lanza un modelo como el Cullinan, la razón es muy sencilla. Todo apunta a que será el modelo más vendido de la marca. Actualmente, Rolls-Royce vende unos 4.000 coches al año, con el Cullinan debería alcanzar las 6.000 unidades. Además, el Cullinan le permitirá llegar con mayor facilidad a mercados donde las carreteras distan mucho de ser perfectas, como Vietnam, Indonesia o Tailandia.