Según cuenta el comparador de seguros Acierto.com, las profesiones de periodista, médico e ingeniero son las que más acuden a la aseguradora para solicitar algún tipo de asistencia. Lo hacen con un universo de más de dos millones de tarificaciones y con datos relativos a los últimos cinco años. En el plato opuesto de la balanza, los que menos partes dan al seguro son los agricultores, los mecánicos, los conductores profesionales y las amas de casa.
Tal y como dicen en Acierto.com, "el 32 % de los profesionales de la comunicación reconoce haber dado algún tipo de parte al seguro en los últimos cinco años", seguidos de médicos y dentistas (30%), ingenieros y arquitectos (27,7%), teleoperadores (27 %) e informáticos (26,8%). Aunque, entre nosotros, y para quienes leen más allá del titular, hay que decir que estas afirmaciones tienen truco.
Quizá lo veamos más claro con el contraejemplo de los conductores profesionales, quienes a pesar de estar expuestos a una mayor probabilidad de sufrir siniestros viales debido a las horas que dedican a la conducción, se sitúan como el tercer colectivo con menos incidencias y solo un 18,7% de dichos profesionales declara haber dado algún tipo de parte en los cinco años anteriores. Menos dependientes del seguro todavía son los agricultores, ganaderos y marineros (15,4%) y los mecánicos (17,6%). Tampoco las amas de casa (19,1%) recurren tanto a su seguro.
Y la clave de todo está en el tipo de servicio que prestan las aseguradoras. Lo explica Carlos Brüggemann, Director de Operaciones de Acierto.com:
“Aunque pueda parecer lo contrario, la mayoría de los partes que se dan a las aseguradoras no se corresponden con accidentes, sino con otro tipo de incidentes, como descargas de la batería, pinchazos y problemas mecánicos, generalmente relacionados con averías de motor y frenos”.
No es difícil, por lo tanto, imaginar a un agricultor o un mecánico metiéndole mano al coche para arreglarlo sin esperar a la llegada de la grúa. Y en cuanto a las amas de casa... bien, quizá tiren más de llevar el coche directamente al taller en cuanto ven que le pasa algo raro, aunque aquí ya entramos en el terreno de la especulación.
En el caso concreto de los partes de siniestros con terceros implicados en los que el conductor fue declarado culpable, el colectivo profesional más “peligroso” (sic) según Acierto.com es el de los teleoperadores, seguido por periodistas, ingenieros o arquitectos. Y la siguiente posición se la lleva un colectivo que sorprende que esté ahí: los profesores. Ver para creer.
Bonus, malus y el cálculo de las primas
Aprovechan la nota de prensa los chicos del comparador para explicar algunos aspectos sobre el cálculo de las primas de los seguros. Uno muy interesante está en el comportamiento del sistema bonus/malus (beneficios para el conductor que no declara siniestros, y perjuicio para el que sí lo hace si resulta culpable, debido a los costes que le supone a la aseguradora la gestión de cada parte) y su incidencia en el precio del seguro.
¿En qué medida modifican los partes el precio del seguro? Según los datos de precios recopilados por Acierto.com, que tira directamente de las bases de datos de las aseguradoras, haber dado al menos un parte con culpa y con terceros implicados supone un aumento medio de la prima de un 25,8 %. Por ejemplo, para una póliza media de 402 euros, el incremento es de 104 euros en el importe del seguro, por lo que resulta un precio final de 506 euros.
En el caso de los todo riesgo, el incremento puede alcanzar el 31,6 %, lo que supone un aumento de 278 euros de promedio sobre el precio de su seguro a todo riesgo. En el todo riesgo con franquicia, ese incremento es algo más contenido, con un 29,5 % (137 euros) si se dan partes que si no se dan. Y en cuanto a los seguros a terceros, los usuarios con partes ven aumentar el precio en un 19,8 % frente a los conductores con un expediente limpio.
Y aunque este sistema está pensado para motivar a los conductores para que eviten tener siniestros, el doble filo lleva a que sea más de un conductor el que, teniendo un siniestro vial, opte por hacerse el loco y no declararlo, darse a la fuga y a otra cosa, mariposa. La perversión de un sistema que, la verdad, aún no se entiende muy bien por qué se consiente que siga formulado como está.