Los niveles más altos de autonomía aún tienen que superar varias barreras, y curiosamente la más difícil no es la tecnológica. Los fabricantes, en su carrera por jubilar a los conductores, están desarrollando tecnologías que nos permiten poder leer el periódico mientras conducimos en los niveles intermedios, y desentendernos del volante y la carretera en los niveles más altos. El problema viene cuando nos desentendemos demasiado y nuestro vehículo nos pide que tomemos en control.
La dependencia tecnológica del ser humano está haciendo que las aseguradoras encarezcan los precios al verse aumentada la siniestralidad en los vehículos semiautónomos: no poder prescindir del móvil mientras conducimos unido a un exceso de confianza del piloto automático se traduce en desastre. ¿Tendrán razón algunos fabricantes y deberíamos saltar directamente a los niveles más altos de autonomía para borrar al conductor de la ecuación?
La autonomía total: el camino más seguro
Si ya nos distraemos cuando el control del vehículo está en nuestras manos, imagina lo que ocurre cuando el vehículo cuenta con piloto automático. The Wall Street Journal informa de que algunas aseguradoras han empezado a notar que la tasa de indemnizaciones está aumentando más que el precio de sus seguros. Encontramos a uno de los principales culpables en esos aparatos sin los cuales no podemos vivir. El problema ha llegado hasta tal punto, que en enero Apple fue demandada por no incluir un bloqueo que impida totalmente chatear al volante.
El investigador del Instituto de Investigaciones de Transporte de la Universidad de Michigan (EEUU) Brandon Schoettle, ya adviritió en una entrevista a MIT Techonology Review de que la conducción semiatónoma iba a agravar aún más el problema.
Este tipo de conducción corresponde al nivel 2: sin manos. En este nivel el coche es semiautónomo, lo que no implica que el conductor no deba de estar alerta; si se toma el control del coche el piloto se desactiva. El siguiente nivel, el 3, implica prescindir de los pies y es el máximo nivel de automatización permitido en España.
Un estudio publicado por la Universidad de Southampton se ha centrado en el tiempo de relevo de los vehículos semiautónomos. Ante algunos resultados desastrosos (26 segundos de media en tomar el control), revela que los fabricantes tendrán que prestar atención a los sistemas que aseguren el control del vehículo durante la transición de modo autónomo a modo convencional en caso de requerimiento.
Algunas investigaciones han determinado que 50 minutos de conversaciones al mes aumenta por cinco las probabilidades de sufrir un accidente. Pero ojo, el manos libres no es, ni de lejos, la solución.
Tememos la falta de sentido común de la tecnología autónoma ante la resolución de un problema, pero cuando hacemos uso de ella nos desentendemos. Los seguros no solo tendrán que adaptarse a un aumento de la siniestralidad, también a un cambio de paradigma en cuanto a quién será el responsable en caso de un accidente: ¿la máquina o el conductor?
Vía | MIT Technology Review
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