Escapar de la policía en cualquier lugar del mundo es una pésima idea, pero en Estados Unidos es todavía peor. Lo ha comprado una mujer en el estado de Arkansas, aunque lo cierto es que el policía que le ha detenido ha tenido muchísima paciencia.
Y es que es difícil hacer tantas cosas mal en tan poco tiempo, pero la conductora de este Volkswagen Tiguan lo consigue, de hecho, protagoniza dos persecuciones, hasta que el policía se harta y consigue detenerla por las malas. Todo está grabado en vídeo y se puede ver en el canal de YouTube de Midwest Safety.
“¿Puedo llamar a mi madre? ¡Tengo derechos!”
Si la policía te da el alto cuando vas conduciendo, te paras. Eso es así, en España y en cualquier parte del mundo, incluido Estados Unidos. Pues bien, una conductora que iba al volante de un Volkswagen Tiguan en Arkansas no pensó lo mismo, hasta el punto de que la policía tuvo que provocar que se estrellase con su coche para lograr detenerla.
Todo empezó cuando esta conductora circulaba a 196 km/h en una carretera limitada a 90 km/h y adelantó a esa velocidad a un coche de patrulla que estaba parado en el arcén. No era un vehículo camuflado, por lo que podría haberlo visto y frenar para reducir la velocidad, pero no lo hizo.
Lógicamente, el policía al que adelantó puso las luces y las sirenas y salió detrás de ella, pidiéndole que se detuviera. La conductora le hizo caso, pero tardó más de un minuto en parar y hasta que lo hizo siguió conduciendo mucho más rápido de lo que debería.
Cuando por fin paró, salió del coche y el policía le ordenó que le enseñase las manos. Con las manos en alto, la conductora no parecía dispuesta a seguir las órdenes del agente y lo único que intentaba era excusarse, pero el policía le dejó claro que no le importaba. Aun así, ella le gritó que “es una emergencia, ¡me estoy quedando sin gasolina!”.
En ese momento, el policía le dio nuevas órdenes, básicamente que caminase hacia atrás siguiendo su voz, pero ella se puso a llorar y a gritarle. “¡Tengo miedo, estoy aterrorizada!”, a lo que el policía le contestó que entonces sería mejor que hiciese lo que él le decía, pero ella continuó llorando y le preguntó al agente si le iba a disparar. En ese momento se volvió a montar en su coche, cerró la puerta y arrancó, dando lugar a una segunda persecución.
Después de unos segundos conduciendo detrás de ella, de nuevo muy rápido, el policía decidió acabar con la persecución por las malas: con la maniobra PIT (Técnica de Intervención de Persecución) que tantas veces hemos visto en las películas, golpeando la parte trasera del Volkswagen Tiguan para provocar que la conductora perdiese el control y se detuviese. Y lo hizo, después de destrozar la parte delantera de su coche al salirse de la autovía y chocar contra el guardarraíl.
En ese momento, el policía, visiblemente más enfadado que hace un rato, le pide que salga del coche a punta de pistola y cuando la conductora se baja del vehículo le grita que “¡solo estaba intentando llegar a la gasolinera!”. Para entonces, ya habían llegado al lugar otros dos coches patrulla.
Acto seguido, los policías le pusieron las esposas, pero ella seguía con su discurso y les gritaba que mirasen dentro del coche para comprobar que solo le quedaban 5 millas (8 km) de autonomía. Sea como sea, conducir a casi 200 km/h porque te estás quedando sin gasolina no es lo más inteligente.
Cuando se la llevan al coche patrulla detenida, la conductora pregunta si puede llamar a su madre y se justifica, una vez más: “¡tenía miedo! ¡estabas intentando dispararme”. El policía le explica que nadie le ha dicho que le iban a disparar, como se puede comprobar en el vídeo, pero ella insiste en que le iba a disparar y él le acaba diciendo que “eso es estúpido” y que “cuánto había bebido”.
La respuesta de ella fue que “no mucho” y volvió a pedir que le dejasen llamar a su madre, obteniendo la negativa de los agentes como respuesta, así que les volvió a gritar: “¡tengo derechos!”.
La conversación siguió y el agente le explicó, con bastante paciencia, que, en primer lugar, no tenía que conducir a 196 km/h y, en segundo lugar, que cuando le pidió que se detuviese tenía que haberlo hecho de forma inmediata y hacer caso a sus órdenes después, pero ella siguió contestándole: “soy negra y tú me estabas apuntando con una pistola, ¿qué se supone que tenía que hacer? ¿sentarme allí y dejar que me dispararas?”. El agente le dijo entonces que él habría apuntado con su pistola a un blanco que estuviese haciendo lo mismo y ella le dice que no lo habría hecho.
Al final de esa conversación surrealista, el policía aparece delante de la cámara instalada en el coche patrulla que había grabado todo y se da por vencido, zanjando el tema y dejando a la conductora en manos de otros agentes. Según señala el vídeo de YouTube que muestra todos los detalles de la persecución y la detención, la conductora fue acusada de varios cargos graves, como conducción imprudente, exceso de velocidad y posesión de un recipiente abierto con alcohol en su interior.
Imagen | YouTube, Midwest Safety