Nada como tender una trampa a nuestro cerebro para levantar el pie del acelerador. En septiembre de 2017 un pequeño pueblo islandés puso a prueba el efecto de las ilusiones ópticas en aras en la seguridad vial y pintaron un paso de peatones en 3D que parecía flotar en el aire, de forma que hiciera frenar a los conductores.
Ahora esta idea se ha importado a España y un pueblo de Castellón llamado Vila-real ha lanzado un proyecto piloto con estos pasos de peatones en tres dimensiones.
De momento, en espacios cerrados
Vila-Real, una ciudad de unos 50.000 habitantes, se ha propuesto convertirse en un laboratorio de pruebas en materia de seguridad vial. Tal y como ha comunicado el Ayuntamiento, los primeros pasos de peatones ya se han pintado en algunas zonas cerradas, y el objetivo es implementarlos en más puntos de la ciudad una vez que se pruebe su viabilidad.
El objetivo es llamar la atención de los conductores para que disminuyan la velocidad sin necesidad de instalar incómodos (y fatales para la amortiguación) resaltos.
Para el diseño de los pasos de cebra se ha utilizado pintura antideslizante y reflectante y el proyecto piloto ha sido desarrollado por la empresa local R&R.
Se trata de la primera vez que este proyecto aterriza en España. Países como la mencionada Islandia, Chile, Alemania, India, Rusia o China ya han puesto en práctica la ilusión óptica sobre el asfalto.
Foto | Ayuntamiento de Vila-real